El fiscal pide cárcel para un policía de extranjería por prostituir a una mujer
La Voz de Galicia, 21-08-2006Un policía con destino en la Comisaría de Monforte se enfrenta a cuatro años de cárcel y a doce de inhabilitación. El fiscal considera que Emilio I. M. es autor de un delito consumado relativo a la prostitución. El caso todavía no tiene fecha para la celebración del correspondiente juicio en la capital lucense.
Los hechos se produjeron en el año 1998. Por esa época, el imputado era funcionario de la escala básica del Cuerpo Nacional de Policía y desempeñaba en la comisaría monfortina, entre otras tareas, las propias en la materia de extranjería.
Según las investigaciones realizadas en su momento, en el período que va desde el mes de octubre de 1997 hasta noviembre de 1998, Emilio mantuvo una relación sentimental con una ciudadana colombiana. En una fecha indeterminada, pero comprendida entre las anteriormente citadas, la compañera del agente le explicó que conocía a una colega de Colombia que pretendía entrar en España pero carecía del dinero suficiente para ello. Le reclamaba, en definitiva, colaboración.
Oferta de dinero
El policía respondió positivamente a la petición de su compañera y se ofreció a prestar a su amiga la cantidad de 2.280 euros. La joven colombiana debería devolverle el dinero a base de las ganancias que obtuviese realizando la prostitución en establecimientos de alterne de la zona.
De acuerdo con la acusación efectuada por el ministerio público, la joven recibió el dinero antes de su desplazamiento a España. Lo precisaba para pagarse el viaje y también para fingir en el aeropuerto de entrada que disponía de fondos suficientes como para estar algún tiempo en el territorio nacional. El agente monfortino le entregó a su compañera un cheque bancario por importe de la aludida cantidad y ésta se lo hizo llegar a su amiga, a través de una empresa de envíos internacionales.
La víctima viajó a París en septiembre del año 1998 y meses después ya trabajaba en diversos clubes de alterne de la provincia de Lugo. Uno de esos establecimientos está ubicado en las proximidades de la capital lucense.
A partir de noviembre de 1998, la muchacha comenzó a abonar semanalmente al policía 180 euros para ir saldando la deuda que había contraído con éste.
Amenaza de expulsión
En noviembre de 1998 el agente rompió relaciones sentimentales con su novia colombiana y ésta fue expulsada del territorio nacional. En torno a esas fechas, la otra joven se trasladó a trabajar a un club de Ribadeo, y a partir de ese momento el agente supuestamente le empezó a exigir mayores cantidades de dinero bajo la amenaza de que, en caso contrario, la expulsaría de España.
Como consecuencia de las amenazas, la víctima supuestamente le entregó al querellado todos los fines de semana, durante tres meses aproximadamente, toda la recaudación que obtenía por su trabajo en el club. El fiscal considera que la joven fue coaccionada por el agente para que no lo engañara con la cantidad, ya que, de lo contrario, hablaría con el dueño del club para saber los ingresos que había logrado.
Ante el temor de ser expulsada del país y a otro tipo de venganzas, porque sabía que el hombre que recibía el dinero era policía, la muchacha llegó a pagar alrededor de 6.000 euros. Los forenses analizaron a la víctima y apreciaron que la misma padeció una fuerte depresión como consecuencia de la situación que tuvo que vivir. En ocasiones apenas llegó a tener dinero para subsistir. Ahora, el fiscal pide que sea indemnizada por el acusado con la cantidad que determine la sentencia.
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