CARMEN ECHARRI

CEUTA. Grupos de dominicanas esperan en Tánger el momento propicio para acceder a Europa por las fronteras de Ceuta y Melilla. La Policía estima que no son más de 50 personas las que se han detectado en la ciudad, aunque fuentes oficiosas consultadas por ABC elevan considerablemente la cifra. El «modus operandi» seguido para entrar clandestinamente por las fronteras de ambas ciudades es cuanto menos curioso. Las mafias las visten con chilaba y facilitan su paso en el momento de mayor tránsito de porteadores. De hecho diariamente entran en Ceuta entre 25.000 y 30.000 trabajadores marroquíes generándose unos tapones que facilitan el acceso de inmigrantes irregulares. La media docena de policías nacionales que custodian el paso del Tarajal, que separa Ceuta de Marruecos, no pueden dar abasto para examinar el pasaporte de cada individuo.

La Policía Nacional ha reconocido que el pasado año se detectaron entre 20 y 30 suramericanas en pensiones y viviendas de la ciudad, a la espera de embarcar en el ferry con destino a la península. No es un número que «moleste» a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, pero son conscientes de la existencia de esa vertiente migratoria potenciada desde distintos puntos de Suramérica. Ahora el interés numérico está centrado en los asiáticos y su última moda de colarse en España utilizando motos de agua.

Este medio ha tenido constancia de que este año se habría producido la entrada de algunos suramericanos en Ceuta que ahora se encuentran en distintos puntos de la Península. El traslado en ferry lo consiguieron con documentación falsificada. Las mafias cobran alrededor de 4.000 euros a cada suramericano por trasladarlo a Marruecos desde sus puntos de origen e introducirlo luego en Europa.
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