Onati Ropa, bicis... y alegría para el Sáhara

Oporrak bakean. Las cinco familias oñatiarras que acogerán a niños refugiados en verano organizan una recogida solidaria de artículos de juego, ropa y calzado a partir de mañana

Diario Vasco, Marian González Lizarralde Oñati, 13-05-2024

Amal tiene diez años y desde hace tres pasa el verano en Oñati en su familia txantxiku. Gracias a ella y al compromiso de su ‘amatxo’ euskaldun, Laida Bengoa, otros cinco txikis saharauis cuentan ya también los días para veranear en Debagoiena de la mano del programa humanitario ‘Vacaciones en paz’ que tiene una larga trayectoria (arrancó en 2003) pero pasaba horas bajas en el Alto Deba.

«Este año vendrán seis a la comarca, cinco a Oñati y uno a Bergara. Hemos conseguido revitalizar el programa y visibilizar la situación que viven en los campamentos refugiados de Tinduf. ‘Oporrak bakean’ les permite salir de las condiciones extremas de calor que se viven en los campamentos saharauis y que puedan acceder a una atención sanitaria digna, a una alimentación adecuada y a otra serie de derechos de los que se ven privados por su situación actual.

Es una experiencia muy enriquecedora tanto para ellos como para nosotros y es una satisfacción que más familias se animen a participar» explica Bengoa, al preguntársele sobre la campaña solidaria que desde mañana y hasta el viernes se desarrollará en los centros escolares oñatiarras : Urgain, Zuazola-Larraña, Txantxiku y Elkar Hezi, además de en el polideportivo Zubikoa.

Habrá puntos de recogida señalizados en todos los centros escolares oñatiarras y también en el polideportivo ZubikoaEl programa ‘Vacaciones en paz’ les permite salir del extremo calor del verano de los campamentos de TindufLos derechos humanos de los saharuis siguen sin ser respetados, de ahí la importancia de que se tejan redes solidarias
Invitan a donar ropa y calzado de invierno y de verano para la franja de edad de 8 a 12 años, así como bicicletas, patinetes, raquetas, balones, cascos y sillas y alzadores para el coche.

«Pensamos que sería buena idea organizar una recogida . Mucha gente tiene en casa cosas que ya no utiliza y es una manera de ayudar a las familias de acogida y colaborar al mismo tiempo en que tengan una mejor vida cuando regresen a los campamentos de refugiados.

Suelen marchar con unos 30 kilos de ropa en el equipaje, y la idea es enviar además una especie de caravana solidaria con más ropa y calzado, sobre todo de invierno, aunque también de veranos, además de bicis, patinetes y el resto de enseres que recolectemos entre el lunes y el viernes» explican.

Pueblo hermano desde 1994
El Ayuntamiento de Oñati se hermanó con Gleibat El Fula por razones humanitarias en 1994 y desde entonces ha colaborado en distintas caravanas solidarias con Hermansaloña como embajadora en muchas de ellas. Alimentos, ropa, juguetes han hecho sentir durante todo este tiempo a los

refugiados saharauis que no están solos en uno de los desiertos más inhóspitos del planeta.

Allí subsisten hoy, en una situación muy vulnerable y dependientes de la ayuda internacional, unas 175.000 personas. 48 años después de que el Sahara Occidental fuese ocupado de manera ilegal por Marruecos, nada o muy poco ha cambiado. Los derechos humanos de los saharauis siguen lejos de ser respetados, y en vez de mirar para otro lado, en Oñati se ha ido tejiendo una red solidaria.

A la implicación de varias familias saharauis asentadas en Oñati, la línea directa con el Ayuntamiento de Mahbes, o el apoyo logístico y de capital humano de Hermansoloña, se suman ahora también las familias de acogida de los y las saharauis que vendrán en verano a Oñati.

A partir de mañana y hasta el viernes, tanto en los centros escolares como en el polideportivo Zubikoa habrá oportunidad de ayudar a pintar una sonrisa a los niños y niñas de los campamentos saharauis, a los que nos visitarán este verano y a los que se quedarán allí.

Quieren enviarles ropa, calzado y artículos deportivos y recreativos que ya no se utilizan. También sillitas de coche y alzadores, ahorrando un gasto a las familias que les abren la puertas de sus casas. Muchos artículos están olvidados o en desuso en garajes y trasteros y pueden ser muy útiles a miles de kilómetros de Oñati, en los campamentos de refugiados de Tinduf.

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