Rubalcaba intentará «in extremis» que Senegal deje a la UE patrullar sus aguas
ABC, 21-08-2006CRUZ MORCILLO
MADRID. La gira africana del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, del secretario de Estado, Antonio Camacho y de su homólogo de Exteriores, Bernardino León, anunciada el sábado por el presidente del Gobierno en Canarias tiene un objetivo inmediato (despliegue de medios europeos) y otro a largo plazo (cumplimiento de convenios de readmisión).
El problema más acuciante es que Senegal ratifique «in extremis» el acuerdo alcanzado con España para que el plan de la Agencia europea de control de fronteras (Frontex) pueda echar a andar en sus aguas. De lo contrario, el barco y el avión aportados por Italia – el primero ya está en Canarias – no podrán patrullar en ese país. La imagen del Ejecutivo ante la UE quedaría, como mínimo, en entredicho, máxime cuando ya la pasada semana en fuentes comunitarias se atribuyó esta responsabilidad en exclusiva a España.
«Senegal ha aceptado el patrullaje en sus aguas, pero el acuerdo no ha sido ratificado pese a que los medios ya están dispuestos», confirmaron a ABC fuentes que participan en el llamado «plan Hera» encaminado a frenar la avalancha de cayucos en Canarias. A esta conformidad cogida con pinzas todavía, hay que sumar el retraso y los mermados medios con los que comienza la primera operación de blindaje de fronteras en la que se implica la UE.
Patrulleras amarradas
Además, si el dispositivo se llevara a cabo sin los medios aportados por Italia quedaría reducido en la práctica a un plan español. El resto de medios aéreos – un helicóptero de la Guardia civil y otro del Cuerpo Nacional de la Policía – y marítimos – la patrullera «Río Duero» y el buque «Petrel» de Vigilancia Aduanera – los pone España y vigilarán las costas de Mauritania, no las de Senegal. Sólo hay un barco más que ha cedido Portugal, cuyo destino es Cabo Verde.
No es la primera vez que Senegal se resiste a llegar a cualquier tipo de acuerdo sobre inmigración (ahora mismo sus nacionales suponen el grueso de los centenares de subsaharianos que llegan en cayuco a Canarias). La razón es clara: una de las principales fuentes de ingresos del país son las divisas que envían los inmigrantes y que equivalen al 16 por ciento de su Producto Interior Bruto.
«Es fundamental que Senegal participe, no tanto para interceptar las embarcaciones que salen de sus costas como para que cunda un efecto disuasorio y los candidatos se lo piensen dos veces antes de empezar el viaje», señalan fuentes de Interior. Es lo que ha ocurrido con el patrullaje español en aguas de Mauritania, donde las decenas de salidas de cayucos se han moderado.
El otro objetivo de la enésima ofensiva diplomática de estos últimos meses es intentar «convencer» a Senegal, también a Mauritania aunque en menor medida, de que cumpla sus compromisos y acepte a parte de los inmigrantes clandestinos que llegan a España – en lo que va de año se ha repatriado sólo a un ocho por ciento de los 17.000 inmigrantes que alcanzaron las costas canarias, según el Gobierno de esa comunidad – .
Fuentes diplomáticas recuerdan que Senegal es, junto con Mali, uno de los «huesos más duros de roer» a la hora de suscribir cualquier acuerdo que signifique una merma en sus ya de por sí escasos ingresos.
«Está claro que tenemos que ofrecerles algo a cambio, las contrapartidas más sencillas son las que se han dado, por ejemplo, a Mauritania: medios terrestres (vehículos todoterreno) y patrulleras para que se responsabilicen también de sus fronteras», explican las fuentes consultadas.
A esas ayudas hay que añadir la formación de las tripulaciones, financiada con otra partida económica, y el mantenimiento y carburante de las patrulleras. Las cuatro que donó la Guardia Civil a Mauritania todavía no están operativas por falta de tripulación.
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