LOS PROBLEMAS DE LA INMIGRACIÓN // LOS NUEVOS CIUDADANOS

11.800 inmigrantes piden la reagrupación familiar en BCN

El Periodico, 21-08-2006

ANTONIO BAQUERO
BARCELONA
Era la secuencia lógica. Muchos de los inmigrantes que consiguieron regularizar su situación el año pasado han empezado a solicitar la reagrupación familiar con sus cónyuges, hijos y, en ocasiones, padres. Según la subdelegación del Gobierno, en el primer semestre del 2006, 11.836 extranjeros residentes en la provincia de Barcelona han presentado esa solicitud de reagrupación.
De todos los que la han solicitado, 3.619 residen en la ciudad de Barcelona, 1.068 en L’Hospitalet de Llobregat, 1.051 en Badalona y 488 en Santa Coloma de Gramenet.

UN AÑO CON PAPELES
Todo indica que el ritmo de presentación de demandas se multiplicará en el segundo semestre. Eso obedece a que los inmigrantes, para solicitar la reagrupación, deben haber cumplido un año como residentes con papeles y la mayoría de los que se regularizaron el año pasado empezaron a obtener sus permisos en mayo. Así, a final del 2006, la cifra de solicitudes de reagrupación será muy superior a la del 2005, con 20.000 demandas.
Los abogados especializados en extranjería avisan del elevado número de inmigrantes que han pedido traer a sus familias. “Las reagrupaciones han subido muchísimo”, dice Concha Par, de la Asociación de Profesionales de la Extranjería de Catalunya, que añade que “la mayoría de los inmigrantes con familia en su país quieren optar a esa medida”.

SEIS MESES DE TRÁMITE
El proceso legal es largo, sobre todo ahora que la acumulación de demandas está ralentizando los trámites. Primero hay que pedir la cita, a lo que la Administración tarda unos dos meses en responder. Cuando responde, suele dar la cita para depositar el expediente para dos meses después. Una vez depositado, la administración tarda entre un mes y medio y dos meses en resolver las demandas. En total, se alarga unos seis meses.
Ninoska Domingo, una abogada especializada en extranjería, asegura que, en nacionalidades como ecuatorianos y bolivianos, el proceso de reagrupación es más acusado. A partir de su propia experiencia, esta letrada afirma que cada inmigrante “reagrupa de dos a cuatro personas, entre cónyuges e hijos”.
No obstante, Domingo señala que el elemento que más frena las reagrupaciones es el requisito de tener una vivienda en propiedad o alquiler apta para alojar a la familia. “Muchos aún viven en habitaciones de pisos sobreocupados”, cuenta la abogada, que atribuye a esa exigencia el hecho de que muchos inmigrantes intenten comprar un piso. “Creen – – añade – – que si el piso es en propiedad será más fácil que les concedan la reagrupación”.

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