Fue a finales del pasado año cuando la situación de tres mujeres de origen extranjero, todas ellas pertenecientes a un mismo núcleo familiar, fue detectada por los servicios sociales del Concello de Marín, que inmediatamente dio cuenta al grupo operativo de la Comisaría de esta localidad pontevedresa. Automáticamente, se procedió a dar protección a las víctima, al tiempo que se comunicó los hechos a las unidades especializadas en la lucha contra la trata de seres humanos a nivel judicial y policial.

La investigación fue asumida por la UCRIF (Unidad contra Redes de Inmigración y Falsedades Documentales) de la Comisaría de Vigo-Redondela con el objetivo de identificar a los autores, así como verificar los hechos denunciados. Esto determinó que, en colaboración con la Comisaría de la Policía Nacional de Marín, se llevasen a cabo inspecciones sobre el terreno en el local donde se llevaba a cabo la explotación de estas tres mujeres.

Las pesquisas permitieron comprobar cómo las personas ahora detenidas, madre e hija, «formaban parte de un clan familiar que regenta un local público y un piso privado dedicados a la prostitución. Este último más enfocado a la explotación de las mujeres que se encontraban en situación irregular en España, pues era más fácil eludir en el los controles», añadieron desde la Policía Nacional.

Precisaron que en este establecimiento era donde se encontraban las mujeres explotadas por el clan, «las cuales fueron atraídas al negocio por su difícil situación económica y con la promesa de ayudarles a regularizar su situación, cosa que nunca pasó».

Los agentes comprobaron, asimismo, que este piso se encontraba en condiciones infrahumanas, tanto por el estado del lugar, absolutamente insalubre, como por los trabajos y manera en que les obligaban a realizarlos, y la carencia de descanso. Todo ello propició graves secuelas físicas y psicológicas en las víctimas, remarcaron al respecto.

El pasado 25 de abril ambas detenidas pasaron a disposición del juzgado de guardia de Marín.