Lasarte-Oria

«Soy escritora, pero también trabajo en el almacén suministrando libros»

La lasarteoriatarra tiene una cita muy especial esta jueves, a las 18.00 horas, en la Casa de Cultura donde presentará su última novela 'Dei galdu bat'Idoia Garzes Aldazabal Escritora

Diario Vasco, María Cortés Lasarte-Oria, 25-04-2024

Pocos autores tendrán la suerte de vivir no solo el proceso de creación y de escritura, sino de poder suministrar a los lectores o tiendas de libros sus propias novelas. Es el caso de Idoia Garzes, ya que la periodista y escritora de Lasarte-Oria trabaja entre libros, en el almacén de la editorial Elkar. Pero este jueves ha reservado unas horas para poder estar, desde las seis y media de la tarde, en la que durante años ha sido su segunda casa, la Casa de Cultura, para presentar su cuarta novela, ‘Dei galdu bat’.

–¿De qué trata ‘Dei galdu bat’?

–Sin hacer mucho spoiler, ‘Dei galdu bat’ narra la historia de Aminata e Itsaso. Dos mujeres como protagonistas. La primera es de Senegal y la segunda es una chica vasca, que estando de vacaciones en Andalucía con su madre se encuentra una botella en la orilla de la playa. Dentro de ella hay un móvil en el que Aminata relata su viaje a Europa y ruega a la persona que pueda encontrar la botella que entregue el dispositivo a sus padres, ya que eso supondrá que ella no ha llegado a su destino y se ha perdido en el mar. Es una novela, una historia ficticia, pero por desgracia con mucho de la realidad por todas las noticias que nos llegan a diario de muchas personas inmigrantes.

GRAN LECTORA«Disfruto mucho escribiendo, pero lo hago más leyendo. Es algo que he hecho toda la vida»
–¿El móvil funciona?

–El móvil contiene un audio de Aminata, que se convertirá de alguna manera en una conversación imposible, ya que se irán comunicando las dos protagonistas sin estar en el mismo tiempo ni espacio. Al final se harán compañía en el viaje que es esta vida.

–Cuéntenos un poco más de las dos protagonistas.

–Ambas son dos jóvenes de 16 años. Aminata sale desde su pueblo y llega a la capital de Senegal, a Dakar. Por lo menos se sabe por el móvil que llega hasta la costa. Allí decidirá contar su experiencia y grabarla en un móvil. Por su parte, Itsaso es una joven vasca, que también tiene su propia historia detrás, pero para saber cuál es habrá que leerse el libro. En definitiva, dos jóvenes. Una negra y otra blanca. Una del primer mundo y la otra del tercero. A priori parece que son muy diferentes, pero en definitiva son dos chicas que tienen los mismos miedos, los mismos deseos, los mismos sueños y las mismas ganas de vivir. Es una aventura, un viaje.

–¿Y cómo ha sido para usted su viaje de escritura con esta novela?

–La idea inicial llevaba tiempo rondándome la cabeza. Tenía pensado lo del mensaje en la botella, pero actualizado, ya que no sería un mensaje escrito en papel, sino un teléfono móvil que contendría una especie de testamento o ruego. Hace dos años conseguí una ayuda del departamento del Gobierno Vasco, por lo que tuve que empezar a materializar esa idea que hoy es ‘Dei galdu bat’. Luego lo presenté a la editorial, a Elkar, y les gustó mucho. Hicimos algunos pequeños cambios y se presentó hace poco en Donostia.

–¿Cuánto tiempo le ha llevado escribirla?

–En cuanto a plazos, tardé unos ocho meses, más o menos, pero porque trabajo de noches y tampoco fue dedicación exclusiva. Lo hice poco a poco. Además, a veces como ya tengo la idea en la cabeza y ya me lo he contado a mí misma, no necesito plasmarlo en papel sí o sí. Sé que al final había que hacerlo y a todos nos gusta que nos lean y que guste lo que escribes, pero tampoco me obsesiona. Pero también soy consciente de que esto es un trabajo y para ganar dinero hay que publicar.

–Y como dato curioso, ¿precisamente publica en casa, verdad?

–La verdad es que sí, porque trabajo en el almacén de Elkar. Es curioso, porque mi trabajo es suministrar a los clientes y a las tiendas los ejemplares, entre ellos, el mío. Es una gozada, porque estoy en buena parte de todo el proceso. Lo escribo y lo distribuyo. Mis compañeros también me van informando cuando sacan mi libro para que se venda. Porque en el almacén todos los ejemplares están catalogados y vamos con una máquina que nos dicen los que van quedando. Así que yo ya sé donde está el mío y vamos celebrando cuando va saliendo.

–Me comentaba que ya se presentó la novela, pero este jueves lo hará en casa, en la Casa de Cultura Manuel Lekuona de Lasarte-Oria. ¿Le hace ilusión?

–Tengo un poco de vergüenza y nervios, pero mucha ilusión de hacerlo en el pueblo. En esta semana en la que hemos celebrado el Día del Libro y como yo además de escritora trabajo entre libros, me propusieron poder presentar ‘Dei galdu bat’ y me he animado. Me lo pidieron Saioa e Iñaki de la biblioteca, que son, con cariño, como mis compañeros de oficina, porque hasta hace poco no tenía internet en casa y escribía en la biblioteca siempre. Mi oficina particular durante muchos años ha sido la biblioteca de Lasarte-Oria y cuando me sugirieron presentar el libro no lo dudé.

–¿Ha podido recibir el feedback de personas que hayan podido leer su libro?

–La verdad es que algo sí. Sobre todo de amigos y conocidos. Todavía no he leído ninguna crítica a nivel literario, más profesional, pero a los que me rodean les está gustando. Hace unos días recibí un mensaje de una amiga que me dijo que se había emocionado mucho al leerlo. Como comentaba antes, al trabajar en el almacén de libros de Elkar sé los libros que van saliendo y el mío es uno de ellos, sobre todo al ser novedad. Es curioso, porque gracias a ‘Dei galdu bat’ también parece que está animando a los lectores a leer mi segunda novela. A veces pasa, que llegas a un libro y si te gusta y el autor tiene otros escritos acabas leyéndolos. La verdad es que está saliendo del almacén, aunque a final de año también se hace una recopilación y pueden venir ejemplares de vuelta.

–¿La afición por la escritura le viene de siempre?

–La verdad es que sí. Soy sobre todo lectora, desde la ikastola, pero luego me pasé a la escritura. De profesión soy periodista, por lo que la palabra en todas sus versiones siempre ha sido parte de mi vida.

–¿Es complicado vivir solo escribiendo libros?

–Es casi imposible. Salvo que lo compagines con otro trabado, dando charlas, ponencias o con grupos de lectura. Los que tienen ya un nombre podrán hacerlo muy pocos. Es muy difícil vivir solo de esto. También hay figuras como los escritores en nómina a los que encargan trabajos, pero no es mi mundo.

–Háblenos un poco de sus otros libros.

–Con este que presento hoy he escrito cuatro. ‘Hari single bat’ es la primera novela que publiqué y trataba sobre memoria histórica, en la que una joven rescata la historia de su familia que estaba oculta. La segunda, ‘Mendiko gaitza’, dirigida a un público adulto, es una novela negra ambientada en el monte. Y la tercera, ‘Kukuaren kantua’, también tiene como temática la migración, pero en el contexto de la década de los 50 en España.

–Por como habla de ellos, se ve que ha disfrutado mucho de ellos.

–Disfruto mucho el proceso de escritura, aunque creo que disfruto más leyendo. Aunque tengo que decir que creo que son bonitas las historias que he contado, no las hubiera llegado a publicar si no lo pensara. –¿Echa de menos su etapa como periodista?

–La verdad es que no. Dejé el periodismo hace seis años, porque me di cuenta de que no podía cambiar las cosas. Estoy en un momento de mi vida en el que no necesito ya a nadie que me diga cómo hacer las cosas.

–Tres de sus cuatro ejemplares están dirigidos a un público joven. ¿Se siente más cómoda escribiendo para ellos?

–A mí no me gusta clasificar la lectura, es decir, considero que no tiene que haber una edad determinada para leer. No creo que tenga edad la literatura. Yo misma puedo leer cuentos o cuando era joven podía leer a Dostoyevski. Pero es verdad que las editoriales suelen marcar esas líneas de a qué público van dirigidos los libros. Pero a mí me gusta escribir, sin tener en cuenta la edad del lector.

–¿Ya está pensando en su próxima novela?

–Siempre hay ideas en mente, si son buenas las voy apuntando o considero que ya volverán a mis pensamientos. Pero todo el proceso lleva trabajo y requiere un esfuerzo, porque me gusta experimentar e ir haciendo cosas diferentes.

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