Zapatero, atrapado por la tragedia de la inmigración

Los centros de La Isleta y Barranco Seco fueron paradas obligatorias en Gran Canaria

Canarias 7, 20-08-2006


Las Palmas de Gran Canaria
“Gracias y buenas tardes”. Esas son las palabras que quedarán para la historia de la visita del presidente del Gobierno de España al centro de internamiento para extranjeros de Barranco Seco y el acuartelamiento de La Isleta que acoge en estos momentos a 1.280 personas. El presidente llegó, saludó y con la misma se marchó.

No alcanzó a diez minutos la visita al centro de Barranco Seco, en el que se acoge a 168 inmigrantes. El trabajo de Fina, Mercedes y sus compañeras que acudieron desde la diez de la mañana, en su día libre, para dejar reluciente los suelos del edificio quedó para la pura anécdota.

Adán Martín acompañó a Rodríguez Zapatero por su periplo premitinero sin la usual sonrisa de anteriores visitas del presidente. Zapatero señaló que él siempre recibe bien las críticas tales como las del Gobierno canario ante la «parálisis» del Estado ante la crisis de los cayucos pero no profundizó más.

Zapatero fue recibido en Barranco Seco, entre otros, por sus compañeros de partido Francisco Hernández Spínola, Pilar Grande, Arcadio Díaz Tejera, José Alcaraz y José Miguel Pérez. En representación del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria acudió Paulino Montesdeoca y por el Cabildo de Gran Canaria, Salud Gil.

La siguiente parada que hizo el jefe del Ejecutivo español fue al acuartelamiento de La Isleta. Un lugar supuestamente «provisionalísimo» pero que ya lleva en pie varios meses. Allí se encontró con un escenario calificado de «dantesco» por Salud Gil y de «inhumano» por miembros del PSC.

Zapatero no hizo preguntas, se limitó a dar las gracias y las buenas tardes mientras observaba como 32 personas compartían 40 metros cuadrados de caseta de lona en el mes de agosto, o como los 1.280 que allí conviven sólo tienen 50 letrinas a su disposición, según describió la representante del Cabildo. La definición más exacta sobre su situación es que «están en medio de la nada», en realidad tal y como llegaron, sin nada.

«Después de ver esto es para pedir responsabilidades», señaló Salud Gil tras la visita. «Lo que sí agradecería es que a Zapatero se le borrara esa sonrisa estática porque es indignante», añadió.

Gil sostiene que Martín parecía estar «derrotado y débil». Señala que esto ha dejado de ser una cuestión política y afirma que «el Cabildo de Gran Canaria dará todo su apoyo al presidente regional siempre y cuando se muestre fuerte y se enfrente al Estado». Tras la visita, Zapatero prefirió dejar las promesas para el mitín en el Auditorio Alfredo Kraus en el que señaló que se enfrentará al problema «con tenacidad».

 

Más información en el periódico Canarias7

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)