Ruanda conmemora 30 años de un genocidio alimentado por la pasividad internacional

El presidente Paul Kagame encabeza en presencia de algunos líderes mundiales un acto en Kigali en recuerdo de las más de 800.000 víctimas que provocó la matanza perpetrada por hutus radicales contra tutsis

Diario Vasco, T. N., 08-04-2024

Ruanda conmemoró este domingo el 30 aniversario del genocidio que comenzó el 6 de abril de 1994, tan solo horas después de que el presidente del país, Juvenal Habyarimana, y su homólogo de Burundi, Cyprien Ntaryamina, murieran tras ser derribado en Kigali el avión en que viajaban. Desde ese momento y en los cien días siguientes unas 800.000 personas, la inmensa mayoría de ellas tutsis y hutus moderados, fueron masacrados por extremistas hutus, y entre 150.000 y 250.000 mujeres fueron violadas en medio de la pasividad internacional.

Un devastador informe de la ONG Human Rights Watch publicado el año pasado achacaba la responsabilidad de las matanzas tanto al personal de la ONU, como a los gobiernos de Bélgica, EE UU y Francia, involucrados en el país.

A la ONU, por no haber proporcionado información adecuada al Consejo de Seguridad; a Bélgica, por haber retirado sus tropas y defendido la retirada total de la fuerza de la ONU; a EE UU por haber antepuesto el ahorro de dinero a salvar vidas y frenar el envío de una fuerza de socorro»; y a Francia, por apoyar a un gobierno involucrado en el genocidio.

En esa misma línea, el presidente ruandés, Paul Kagame, denunció este domingo la pasividad del resto de países del mundo durante el genocidio. «La comunidad internacional nos falló a todos, bien por desprecio o bien por cobardía. Nuestro pueblo nunca, y quiero decir nunca, volverá a ser dado por muerto jamás», dijo durante la ceremonia que tuvo lugar en la capital, Kigali. En el acto estuvieron presentes numerosos líderes africanos, así como del expresidente estadounidense Bill Clinton y el mandatario de República Checa, Petr Pavel.

Kagame ha acusado en más de una ocasión a su vecino, República Democrática del Congo, de albergar a las guerrillas de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundadas e integradas principalmente por hutus responsables del genocidio, algo que Kinshasa desmiente categóricamente.

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