El incansable realizador Fernando Colomo, con ‘El Próximo Oriente’, regresa de nuevo al marchoso barrio madrileño de Lavapiés para ofrecernos una jocosa fábula proclive al mestizaje, que este cronista recomendaría incluir en el departamento cultural de la Naciones Unidas, con el fin de propagar la tolerancia, el respeto y el entendimiento entre los pueblos, utilizando con inteligencia un desopilante sentido del humor. Porque está meridianamente claro que el director de ‘Cuarteto de La Habana’ asume su esfuerzo creativo con frescura, sentido del humor y ningún deseo de tomarse a sí mismo demasiado en serio, con lo cual sale ganando el filme y también el espectador.

El mundo de la inmigración en la España actual, descrito desde una perspectiva abierta, amable y conciliadora, es el pilar sobre el que se sustenta esta chispeante mixtura de razas, clases sociales y religiones, incluido un Islam fascinante, en las antípodas de actitudes intolerantes, fanáticas y terroristas, poniendo el acento con enorme generosidad en la participación social de todos esos sectores, propiciando la inserción democrática de una juventud que no debe sentirse rechazada.

Recomendable comedia, en suma, por la que confieso sentir una especial debilidad, realzada por un bien conjuntado reparto, con matrícula de honor para el actor Javier Cifrián, que matiza hasta el arabesco su cándido personaje, llamado, valga la paradoja, Caín. En fin, como dice el refrán castizo, el que no se conforma es porque no quiere.