Los actores exigen más contundencia contra el racismo

Reunir a todas las partes, modificar el protocolo, identificar a los culpables y prohibirles el acceso a los estadios, algunas claves para erradicar un problema creciente en el fútbol español

Diario Vasco, Ignacio Tylko Madrid, 02-04-2024

Terminada la Semana Santa, nuevo parón en la élite del fútbol español que debería servir para reflexionar, organizar una cumbre entre todas las partes implicadas, modificar si ha lugar los protocolos y sancionar con la dureza que permita la legislación los nuevos episodios racistas que emborronan jornada a jornada el deporte rey y perjudican todavía más la imagen de España, muy dañada ya de cara al Mundial de 2030 por la corrupción que se investiga en el marco de la ‘operación Brody’.

Con Vinicius esta vez fuera del foco de los insultos porque no jugó por sanción con el Real Madrid ante el Athletic y, además, los blancos actuaron en el Santiago Bernabéu, el brasileño decidió intervenir para pedir a través de las redes sociales penas de cárcel para los culpables. El enésimo reproche del brasileño, que acumula 18 denuncias por presuntos delitos de racismo y ninguna condena favorable aún, y también otra demanda más de LaLiga ante el Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol y la Comisión Antiviolencia por los incidentes xenófobos o de odio conocidos este fin de semana en Primera.

Se trata de los gritos escuchados en el Getafe-Sevilla del sábado, cuando aficionados locales gritaron al jugador argentino Marcos Acuña «mono» y «vienes del mono» y «gitano» al técnico Quique Sánchez Flores. La patronal detalla en su informe de ese partido hasta siete fases de insultos diferentes. Desde gritos de «puta Sevilla» o «puta Leganés», hasta los referidos contra Acuña y Quique. El árbitro, Iglesias Villanueval, detuvo el partido a instancias de un asistente, aplicó el protocolo y pidió al delegado de campo que pidera por megafonía el cese inmediato de los insultos.

Reincidencia
LaLiga denuncia que en el Coliseum se produjeron hasta siete tipos de insultos sancionables direrentes
Víctima doble
Sarr, portero senegalés del Rayo Majadahonda, se expone a una dura sanción por enfrentarse a un aficionado y al árbitro
Al término del choque, ambos entrenadores y jugadores como Sergio Ramos criticaron sin ambajes lo ocurrido. «Estoy orgulloso de cada poro de mi cuerpo y de mis venas que es gitano. Otra cosa es que lo hagan de manera racista. Lo que pasa es que parte del público cree que puede ir a los estadios a decir lo que quiera y cuando quiera, y nosotros somos trabajadores que se nos debe respetar. Me parece aberrante que digan cosas que salgan de cualquier espacio de convivencia», denunció el técnico de los hispalenses y ex del Getafe. El veterano y emblemático defensa, por su parte, afirmó: «Hay que señalarlos y prohibirles la entrada en los estadios». Medida con la que coincidió el preparador local, José Bordalás: «Hasta que no se tomen medidas de verdad, se seguirá faltando el respeto», advirtió.

Patata caliente
Horas más tarde se enfrentaron Sestao River y Rayo Majadahonda, con los dos equipos en posiciones de descenso en el grupo 1 de la Primera RFEF, la tercera categoría del fútbol español. Los majariegos abrieron el marcador, pero los vizcaínos remontaron y tras su segundo gol, en el minuto 83, todo saltó por los aires. El senegalés Cheikh Sarr, portero visitante, recibió insultos racistas por parte de algunos aficionados del Sestao, se enfrentó a ellos saltando la valla y dirigiéndose a la grada, y acabó expulsado. El partido fue suspendido porque los visitantes decidieron abandonar el terreno de juego.

La patata caliente la tiene ahora el juez único que debe decidir el miércoles qué sanciones impone. El acta del árbitro García Riesgo, quien subrayó que el portero también «se produjo de forma violenta» contra su persona, con la «clara intención de agredir», y tuvo que ser «sujetado por sus compañeros», podría ser la base para que la gran víctima de todo sea sancionada con hasta ocho partidos de suspensión. Y también recibirá seguramente castigo el Rayo Majadahonda, al que se le dará el partido por perdido y podrían restarle tres puntos por incumplir el protocolo contra el racismo, tomar una decisión firme y valiente e irse directamente del campo.

Este lunes, Sarr debería haber vuelto al trabajo, pero no se le vio sobre el césped del Campo de Fútbol de La Oliva. Desde el club explicaron que su ausencia fue por «descanso» y que el jugador está «tranquilo». Sin embargo, se de la circunstancia de que la Guardia Civil se personó en las instalaciones del Majadahonda y se reunió con el jugador durante algo más de 15 minutos para conocer cómo se encuentra, asesorarle y ofrecerle sus servicios en cualquier cosa que necesite. Sarr interpuso el mismo sábado denuncia por delito de odio ante la Ertzaintza, que ha abierto una investigación después de que a su vez uno de los aficionados presentes en el estadio de Las Llanas haya denunciado igualmente al senegalés por agresión.

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