Caso COAG: «En la finca de Rafael hubo menores como peones de obra»
Una persona que trabajó para la asociación Oportunidades de Vida relata que Hernández «solo quería burros para tirar de la cuerda»
Canarias 7, , 25-03-2024El caso COAG, que investiga al presidente de los agricultores y ganaderos canarios por un presunto delito de trata de personas con fines de explotación laborar, sigue arrojando testimonios a cual más elocuente. En esta ocasión, un extrabajador de la asociación Oportunidades de Vida, presidida por Rafael Hernández, narra que vio en la finca donde los inspectores de Trabajo hallaron migrantes menores recogiendo papas, a otros del centro Tagoror «trabajando de peones» en una obra del investigado.
«Una vez fui a la finca por motivos laborales y me encontré a dos menores trabajando de peones construyendo unas especie de chabolas pequeñas. Eran dos chicos del centro y el encargado los trataba fatal como si fuesen basura. Los insultaba alegando que si no les hablaba mal, no trabajaban porque eran vagos», contó a este periódico.
CANARIAS7 adelantó en exclusiva que la Inspección de Trabajo había iniciado un expediente sancionador contra Hernández, así como que la Fiscalía Provincial de Las Palmas había abierto diligencias en las que también se investiga a su hija Elisa Hernández directora del centro de menores Tagoror, el marido de ésta Cristian Ruano encargado de la finca de Hernández, Manuel Redondo secretario técnico de COAG y Cathy Godoy trabajadora social de la Asociación Oportunidades de Vida.
Este antiguo empleado que desveló más presuntas conductas irregulares de Hernández añadió sobre los menores migrantes no acompañados que trabajaban en sus propiedades, que a uno de ellos le preguntó «cuánto dinero le daban y me respondió que siete euros, no cada hora, sino por toda la jornada de trabajo», dijo.
El testimonio de esta persona refrenda los otros ofrecidos anteriormente por extrabajadores de Rafael Hernández sobre sus presuntas prácticas con menores de edad a los que «hacía trabajar sin contrato. Todo lo que he leído de la gente que estuvo con él… todos dicen la verdad», declaró. «Querían burros para tirar de la cuerda y no a gente inteligente que les descubriera el secreto».
«Les llevaban a primera hora a la finca, los devolvían al mediodía a comer y regresaban hasta por la tarde. Los transportaban en un camión y una ranchera y al principio eran los monitores los que los transportaban porque Cristian no conducía. Luego sí empezó a hacerlo él», desveló.
Este operario detalló que la asociación tenía los baños del centro Tagoror «en mal estado, asquerosos, aquello parecía Guantánamo. Les decían de cambiar las vasijas y nunca había presupuesto a pesar del dinero que manejaban. Además, los niños pasaban hambre puesto que les daban solo un yogur y se quedaban con ganas de más. Los monitores les peleaban si pedían más y ahí no pasaba nada porque todos ellos eran amigos o familiares y se cubrían unos a otros. Ahí no trabajaba ni uno que no fuera familia o amigo de alguien de la asociación», expuso.
«Los empleados iban al Mercadona y traían comida caducada y no entiendo cómo pueden hacer esas cosas cuando ellos cobran del Gobierno por cada menor. Incluso, he visto peleas por una magdalena o cereales con leche ya que no podían repetir, aunque no estuvieran llenos. En el almuerzo, lo mismo, le daban un poco de comida y nada más», determinó.
Para este testigo de los hechos, los menores venían de «pasar hambre en su país y ahora también lo hacían en Canarias cuando están tutelados por el Gobierno. Ellos no compraban nada, todo lo que le daban a los niños era donado y luego, ¿qué harían con el dinero? No era una asociación, solo pensaban en ellos para hacer dinero, comprar casas y terrenos», dijo en referencia a Rafael Hernández.
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