CiU rechaza que voten los inmigrantes porque «no hablan catalán ni conocen nuestra identidad»

Trías, candidato a la Alcaldía de Barcelona, y Pelegrí, número dos de

La Razón, 19-08-2006

Barcelona – En Cataluña la posibilidad de que el carácter identitario – la
lengua y la cultura – acabe diluyéndose entre el magma de la inmigración ha
sido objeto de un sinfín de debates, y a menudo tema de preocupación
política. Sin ir más lejos, el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol
se había interesado, y mucho, por esta cuestión. Y todavía hasta hace unos
días lo que más le preocupaba sobre la negociación estatutaria es si
Cataluña tendría competencias en materia de inmigración.
   La reminiscencia de aquellos tiempos, o quién sabe qué, hizo que ayer
el debate volviera a estar encima de la mesa. El secretario general de
Unió, Josep Maria Pelegrí, podía decirlo más alto pero no más claro: «No
tiene sentido que las personas que no hablen nuestra lengua – el catalán – ,
que no conocen nuestra cultura y nuestra identidad puedan votar en unas
elecciones».
   Con este argumento, Pelegrí ratificaba el rechazo
ya anunciado por el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, a la
propuesta promovida por el PSOE e IU – ICV para que los inmigrantes con
permiso de residencia puedan votar en las próximas elecciones municipales.
En la tradicional conferencia en la Universitat Catalana d´Estiu que se
celebra en Prada, el socialcristiano sostuvo que su partido no pretende
cometer ningún tipo de «discriminación», pero destacó que Unió no
resolverá «temas fragmentarios, como el derecho de voto, sin afrontar
antes la integración».
   Horas más tarde, el convergente y
candidato de CiU a la alcaldía de Barcelona, Xavier Trias, insistió en la
misma idea. Trias sí se mostró a favor de que los inmigrantes residentes
en Cataluña puedan votar en las próximas elecciones, pero condicionó esta
posibilidad a que «esta gente se quiera integrar, y eso quiere decir
hablar castellano y catalán». El nacionalista dio un paso más, y consideró
que sería oportuno realizar «pruebas» para dirimir cuáles de estas
personas deberían tener derecho a voto. Ello permitiría diferenciar entre
los inmigrantes «de paso» y los que tienen «un proyecto común con
nosotros».
   Los partidos promotores de la iniciativa (PSCPSOE e
IU – ICV) fueron los primeros en reaccionar. El diputado socialista en el
Congreso Jordi Pedret afirmó que el pasado 21 de febrero el Congreso
aprobó «con amplísimo apoyo, incluso el de Unió», una resolución que iba
en la línea de la proposición no de ley presentada esta semana.
   Pedret atribuyó las declaraciones a la inminente campaña electoral, y
explicó que los inmigrantes que podrían votar «son los que proceden de
países con los que hay tratados de reciprocidad». El socialista advirtió a
los dirigentes de Unió de que «si el problema es el conocimiento de la
lengua, para ser coherentes deberían defender también que se suprima el
derecho a voto de los ciudadanos de la Unión Europea que viven y trabajan
en Cataluña, porque todavía no dominan nuestro idioma – el catalán – ». A su
juicio, la óptica nacionalista cerrada les hace tener miedo que vote
alguien que no sea catalán.
   En la misma línea desde las filas
de ICV, el vicepresidente de la formación, Jaume Bosch lamentó que Unió
haya roto el principio básico del catalanismo, según el cual «es catalán
todo el que vive y trabaja en Cataluña», y consideró que declaraciones de
este tipo atentan contra la convivencia en Cataluña.
   

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