“Las montañas se parecen a las de mi país”, cuenta el padre Canisius Niyosaba, un sacerdote nacido hace 38 años cerca de la populosa Kigali (Ruanda) y licenciado en teología por la Universidad de Salamanca. “Cuando abro la ventana y huelo a vaca, me parece que estoy en casa”, añade con una sonrisa tímida mientras corre las cortinas de su despacho inundado de libros, en la parroquia de Sant Feliu Sasserra, un pequeño municipio al que llegó hace algunas semanas.
El cura combinará durante los próximos dos años sus actividades sacerdotales en la zona rural del Lluçanès con su tesis doctoral en la Facultat de Teologia de Catalunya, situada en Barcelona. Algunos, poco acostumbrados a los cambios, han recibido su llegada con satisfacción, otros con indiferencia, pero “no se ha oído ni un solo comentario racista”, asegura Gregòria, una de sus vecinas.

La mentira del genocidio
“El pueblo es tranquilo y todo el mundo me conoce”, cuenta el prelado. De complejidad pequeña, acostumbrado a nadar entre dos aguas, opina que las noticias de Europa solo muestran el hambre y la guerra, y se olvidan de “la riqueza cultural de África”. El desconocimiento también es absoluto al otro lado del charco: “¿La inmigración? Los que se suben a un cayuco – – continúa – – no saben que la vida aquí no es nada fácil”.
La paz de su rostro achatado solo se resquebraja cuando recuerda el genocidio en su país, en 1995. Allí perdió a muchos de sus familiares. “Es algo que sobrepasa mi entendimiento y mi vida”, dice con los ojos humedecidos. “¿Cómo puedes decir que eres tutsi o hutu, cuando hablas la misma lengua y vives la misma realidad? Todo fue una gran mentira y una manipulación del poder político”, asegura.
Precisamente, el tema de su tesis doctoral, basado en la teología moral, se refiere a la reconciliación de la gente en Ruanda tras el genocidio y al “papel destacado y prioritario” de la Iglesia en este reencuentro.
“Caridad, perdón, convivencia, comunicación…”, son algunos de los complejos conceptos con los que Niyosaba se enfrentará durante su investigación, antes de regresar a su país. Necesitará mucha tranquilidad para estudiarlos. No le va a faltar en Sant Feliu Sasserra.