En el tejado de zinc
Desterrada, de lengua, de país
Diario Vasco, , 26-02-2024odos somos racistas. En distintas tallas: XS, S, M, L, XXL pero todos (incluidos los racializados, los excluídos, los no bienaventurados) miramos con recelo a quien no es de los nuestros. Podemos ser racistas de baja o alta intensidad. De baja, cuando miramos atravesadamente a quien lleva camiseta de la Ama Guadalupekoa si los que sentimos son los colores de la Telmo Deum.De altísima cuando no consideramos los capuchones del KKK un espantajo y el Lynch a quien rendimos homenaje no es el David de ‘Blue Velvet’ sino Charles, el virginiano de cuyo nombre deriva ’linchamiento’Como antídoto para esa irremediable sensación de manía/odio al otro acaso valga este poema de Wislawa Szymborska: «No sé cómo es eso de ser desterrado, desterrada, de encontrarse en un país de otra lengua, de aprender a prisa la palabra ‘gracias’ si alguien te ayuda, la palabra ‘perdón’ si alguien te mira mal, de no tener nunca demasiada hambre cuando te ofrecen algo de comer’.
(Puede haber caducado)