Manouchian y sus camaradas extranjeros entran en el Panteón

El presidente francés ensalza la figura del comunista armenio y sus otros 23 compañeros ajusticiados por los nazis en una ceremonia a la que acudió Le Pen pese a no ser invitada

Diario Vasco, Beatriz Juez Beatriz Juez París, 22-02-2024

«A los grandes hombres, la patria agradecida», reza el frontispicio del Panteón, el templo de la República en el que reposan los restos de algunas de las figuras más ilustres de Francia. A esta lista de grandes hombres y mujeres de Francia se añadió este miércoles el nombre de 24 extranjeros: el poeta apátrida de origen armenio Missak Manouchian y 23 de sus camaradas comunistas ajusticiados hace 80 años por los nazis, entre ellos el español Celestino Alfonso (1916-1944). Tenían entre 18 y 44 años cuando murieron por el país galo, pese a no tener pasaporte francés.

Manouchian (1906-1944), poeta apátrida y huérfano del genocidio armenio, es el primer resistente extranjero y el primer comunista cuyos restos entran en este templo laico de la República. Lo hace junto a su esposa, Mélinée, fallecida en 1989.

Noticia relacionada

Celestino Alfonso, el español que dio su vida contra los nazis en Francia

Beatriz Juez
En el Panteón, una placa con el nombre de todos los ajusticiados del grupo Manouchian recuerda a estos comunistas extranjeros y miembros de la Resistencia. Veintidós de ellos, incluidos Manouchian y Celestino Alfonso, fueron fusilados por terrorismo por los nazis el 21 de febrero de 1944 en el Mont-Valerien y los otros dos ejecutados más tarde.

«Celestino Alfonso, muerto por Francia». El republicano español fue el primero de la lista de 24 nombres y apellidos de los integrantes del grupo Manouchian, leídos, en voz alta y orden alfabético, durante la ceremonia.

Bajo una intensa lluvia, los dos ataúdes de Missak y Mélinée Manouchian subieron por la calle Soufflot de París hasta el Panteón, cubiertos con la bandera francesa y llevados a hombros por catorce miembros de la Legión Extranjera.

Las fotografías en blanco y negro de sus camaradas de armas rodeaban los féretros de la pareja en una emotiva ceremonia en la que la poesía y la música estuvieron muy presentes: desde ‘El canto de los partisanos’ (himno de la Resistencia Francesa durante la ocupación nazi) a ‘Ils sont tombés’ de Charles Aznavour (cuya familia eran amigos de los Manouchian), pasando por ’L’Affiche rouge’ (El cartel rojo), el poema de Louis Aragon al que el cantautor Léo Ferré puso música y que fue magníficamente interpretado por Feu! Chatterton.

El presidente, Emmanuel Macron, junto a los féretros de Manouchian y su esposa Mélinée.
El presidente, Emmanuel Macron, junto a los féretros de Manouchian y su esposa Mélinée. AFP
Denigrados por la propaganda nazi
Ochenta años después de que ser denigrados por la propaganda nazi en el famoso ‘Cartel Rojo’ como miembros del ‘Ejército del Crimen’, Francia rindió un merecido homenaje a Manouchian y sus camaradas de los Francotiradores y Partisanos-Mano de Obra Inmigrada (FTP-MOI).

Este movimiento comunista de resistencia clandestino estaba compuesto en gran parte por extranjeros, refugiados e inmigrantes. Lucharon contra los ocupantes nazis y contra el régimen colaboracionista de Vichy llevado a cabo sabotajes y atentados para liberar su país de acogida. «Vosotros habéis heredado la nacionalidad francesa, nosotros la hemos merecido derramando nuestra sangre», dijo Manouchian a un policía colaboracionista.

El presidente, Emmanuel Macron, recordó durante la ceremonia la figura del poeta y «soldado a la sombra» Missak Manouchian, que se movilizó «contra el fascismo en el seno de la Internacional comunista», y la de todos los miembros de la FTP-MOI, «durante demasiado tiempo confinados en el olvido».

Noticia relacionada
«Esta odisea, la de Manouchian y la de todos sus compañeros de armas, es también la nuestra. Odisea de la libertad y de su parte imborrable en el corazón de nuestra nación», dijo Macron, que rindió homenaje a este resistente armenio que «decidió morir por nuestra nación, que, por tanto, había rechazado adoptarlo plenamente». Manouchian pidió dos veces la nacionalidad francesa, pero se la rechazaron. A pesar de ello, no dudó en unirse a la Resistencia contra los nazis.

Durante el discurso, Macron recordó también las últimas palabras del español Celestino Alfonso antes de morir: «Solo soy un soldado que muere por Francia. Sé por qué muero y estoy orgulloso», escribió el republicano en su última carta antes de ser fusilado.

«Ese 21 de febrero de 1944 (fecha de la ejecución de 22 miembros del grupo Manouchian), son 22 pactos de sangre vertida, sellados entre esos destinos y la libertad de Francia», explicó Macron de «estos extranjeros y, por tanto, hermanos, franceses de preferencia, franceses de esperanza».

La única nota discordante en la ceremonia fue la presencia de la líder de extrema derecha Marine Le Pen, a pesar de que el jefe del Elíseo dijo que «las fuerzas de la extrema derecha serán inspiradas a no estar presentes». Le Pen acusó a Macron de «instrumentalizar una panteonización» con esas declaraciones.

«Que los extranjeros hayan venido a lo largo de nuestra historia a luchar por nuestro país es una evidencia. A través la personalidad del señor Manouchian, se rinde homenaje a toda la Resistencia», opinó Le Pen antes del inicio de la ceremonia.

«Cuando defendemos la preferencia nacional, cuando defendemos el derecho de sangre, cuando proponemos expulsar a todos los inmigrantes sin papeles, no tenemos nada que hacer en el Panteón. Manouchian era apátrida, así que expulsable si escuchamos a Marine Le Pen», subrayó Georges Duffau-Esptein, hijo del resistente comunista Joseph Epstein, líder del FTP-MOI de París.

«Estamos aquí, mi querido Missak», dijo Fabien Roussel, el secretario general del Partido Comunista Francés (PCF), en un homenaje previo. Roussel hacía referencia a la última carta de Manouchian a su esposa, horas antes de su ejecución, desde la prisión de Fresnes. »Estoy seguro de que el pueblo francés y todos los combatientes de la libertad sabrán honrar nuestra memoria dignamente», escribió este resistente armenio. Ochenta años después de su fusilamiento, Francia ha dado por fin las gracias a Manouchian y sus combatientes de la libertad.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)