PEDRO SOLER

Como nos pongamos sentimentales, la situación va a dar un vuelco increíble. Digo, si nos da por votar a esos inmigrantes, que, presuntamente, preparan ya un partido político para las próximas elecciones municipales. A quienes no creemos en nada solo nos falta ver, para creer aún menos, que un inmigrante del sur, del norte o del oeste – desconozco si también nos llegan por el este – toma la vara de regidor municipal cualquier día de estos.

Lo peor, con todo, no sería tal posibilidad. Lo peor es la falta de conciencia de los partidos políticos implicados en el asunto, que solo se esmeran egoístamente en el trato con los inmigrantes. Les preocupan, sí, quienes residen debidamente legalizados, solo por la probabilidad futura de un inmigrante, un voto; y mientras tanto, los miles de inmigrantes que malviven como manadas trashumantes de enseres sin destino no sirven ni de relleno.

Entiendo que ocuparse de nuevo de estas pobres gentes – lo de pobres está escrito con la más clara autenticidad – parece una recarga excesiva; pero sucede que la situación de los inmigrantes se merece mucha más atención que los incendios que han arrasado decenas de miles de hectáreas en Galicia, o la carencia de agua que reseca aún más esta tierra cercana y nuestra. Es el gran problema que afecta a este país y, sobre todo, es el que maltrata la existencia de miles de personas que sobreviven – muchos, ni eso – en nuestros pueblos. No hay más que comprobar el flujo diario de inmigrantes que arriba a las costas canarias; tanto y tan monótono, que para los periódicos ya no es más que la inutilidad de lo ordinario. Incluso, cuando los cayucos llegan cubiertos de cadáveres, la tragedia que conllevan suena ya a vulgar accidente de tráfico.

¿Por qué los partidos se preocupan ahora porque los inmigrantes puedan votar en las próximas elecciones municipales? ¿Por qué no se obsesionan, con autenticidad, en solucionar los problema de esos miles de personas, abandonadas como perros en cualquier descampado? ¿Qué interés humano se está demostrando hacia ellas?

Dígase lo que se quiera, el interés por permanecer o conseguir el mando es factor predominante en la clase política. Generalmente, la solución de muchos problemas depende del desarrollo normal de las circunstancias, e incluso, eliminar las trabas que obstaculizan el más simple bienestar humano depende del interés político que la operación pueda reportar. Que pregunten a los inmigrantes ilegales.