Este fin de semana, el Estrecho de Gibraltar ha sido golpeado por la borrasca Karlotta, generando un temporal con vientos que han superado los 100 kilómetros por hora. Esta situación adversa no ha impedido que más de un centenar de personas, en su mayoría jóvenes y niños marroquíes, intentaran cruzar a nado desde la orilla norteafricana, comenzando en Ceuta, buscando un futuro más prometedor.

Desde la noche del pasado jueves muchas personas se enfrentan a la crudeza del mar. Impulsados por la necesidad de huir de las duras condiciones de vida en el norte de Marruecos, agravadas por una profunda crisis desencadenada por el abrupto fin del comercio intrafronterizo con España, cientos de ciudadanos marroquíes quieren migrar hacia Europa. Esta crisis no solo afecta a Marruecos, sino que también tiene repercusiones en Ceuta, ya que la falta de recursos económicos está incrementando los intentos de cruzar la frontera de manera irregular, buscando desesperadamente una vida mejor.

Las imágenes publicadas el sábado por la mañana por El Faro de Ceuta, muestran cómo los jóvenes luchan por atravesar el espigón que separa las dos orillas entre las playas de Belliones y Benzu, en la bahía norte de Ceuta. En ellas, se observa a un agente de la Gendarmería marroquí que, de manera pasiva, contempla a los dos migrantes en dificultades que incluso intentan pedir ayuda, ignorando sus solicitudes y concentrándose en su teléfono móvil.