La nueva película de Fernando Colomo , El próximo Oriente, que se estrena hoy, es una comedia rodada en el madrileño barrio de Lavapiés, que se ha convertido en el corazón multiétnico de la capital de España, una zona donde conviven decenas de culturas junto con los autóctonos más castizos.

La última película de Colomo es un cuento sobre el amor y las relaciones humanas entre personas de culturas, lenguas y religiones distintas. El principal protagonista, Caín (Javier Cifrián), es un muchacho regordete e inseguro, muy buena persona, y su familia se reduce a su hermano Abel (Asier Etxeandía), que es guapo, seductor y un donjuán sin escrúpulos que está casado con una mujer de bandera y es padre de dos niñas.

La historia comienza cuando Caín descubre que su hermano ha dejado embarazada a una atractiva y joven vecina (Aisha Nur Al Levi), hija de inmigrantes de Bangladesh, de religión musulmana y propietarios de un modesto restaurante de comidas caseras de su país. Caín se hace cargo de la joven y del niño, pero antes, para que la chica no sea rechazada por sus padres, se hace musulmán y se casa con ella.

La película sirve también para dar a conocer el Islam desde dentro, desde las propias personas que lo practican, y para destacar la opresión de la mujer en la historia de la humanidad y el papel fundamental que ha desempeñado en los cambios sociales.

Durante la presentación del filme en Barcelona, sus principales protagonistas rompieron una lanza a favor de los musulmanes, porque, en palabras de Javier Cifrián, «hay que acabar con esta historia injusta de que todos los islámicos son terroristas. Desgraciadamente, desde los atentados del 11 de septiembre, esta idea ha ganado mucho terreno», lamentó.