CARTAS AL DIRECTOR
Iguales en todo
El Correo, 16-08-2006Sara Virumbrales Moya/Bilbao
Hace dos semanas fui a renovar el DNI y me acordé de la primera vez que me lo hice, hace seis años. Me presenté allí con unas fotos de carné en las que llevaba una cinta de pelo en la cabeza. Cuando las entregué, me dijeron que me fuera a hacer otras en las que no llevara cinta porque no se permiten fotografías en las que la cabeza esté tapada. También me dijeron que solamente dejaban llevar la cabeza cubierta con la toca a las monjas por cuestiones religiosas. El mes pasado saltaba la noticia de que a las mujeres musulmanas que lo deseen se les dejará llevar el velo en el nuevo DNI electrónico. Me parece genial que las mujeres musulmanas y las religiosas cristianas que lo deseen vayan como les venga en gana vestidas por la calle, como hago yo cuando me pongo pañuelos en el pelo, faldas o deportivas. Hasta aquí bien.
Lo que pasa es que estamos en un Estado aconfesional y, sinceramente, no creo que sea correcto que por el hecho de pertenecer a cualquier religión, te dejen aparecer en un documento oficial de identidad de una manera que al resto de la población no creyente no se le permitiría. Si consentimos llevar la cabeza tapada a las religiosas musulmanas y cristianas, permitimos hacernos la foto para el DNI con una cinta de pelo, con un gorrito o con una txapela. Y si se considera que la cabeza debe ir destapada por cuestiones de identificación, lo más justo me parecería que todos tanto creyentes como no creyentes lo hiciéramos así. No me gustan esta serie de privilegios en un Estado aconfesional.