Miles de inmigrantes se han colado por el aeropuerto de Gerona en España
Sólo dos policías en cada turno controlan el paso de hasta 18.000 viajeros al día - Aunque detecten documentaciones irregulares no pueden retener a los portadores por falta de una 'sala de retornados'
El Mundo, 16-08-2006ANA DEL BARRIO
MADRID.- Miles de inmigrantes se están introduciendo en España a través del aeropuerto de Gerona, una provincia que se está convirtiendo en un auténtico coladero de irregulares, ya que también es una vía de acceso por la frontera terrestre, a través de La Junquera.
La situación en el aeropuerto de esta capital catalana es caótica, ya que tan sólo dos policías por turno controlan una media de 12.000 pasajeros diarios, que los fines de semana ascienden a 18.000, según denuncia la Confederación Española de Policía (CEP).
En ocasiones, los extranjeros entran legalmente y luego se quedan residiendo de manera irregular en nuestro país. Otras veces, pasan los controles, aunque no tengan la documentación en regla, porque las instalaciones no cuentan con una sala de retornados y los policías no les pueden devolver a sus países.
En el aeropuerto de Gerona aterrizan numerosas líneas calientes, es decir, aquéllas que suelen transportar a inmigrantes sin papeles. Los rumanos prefieren utilizar la ruta de Hungría y llegan en vuelos procedentes de Budapest, mientras que los latinoamericanos hacen escala en países europeos como Alemania y Francia para introducirse después en España.
Esta falta total de medios supone que, en la práctica, los agentes no pueden retornar a los inmigrantes irregulares a sus países. Para hacerlo tendrían que desplazarse a la comisaría más próxima, lo que es inviable debido a la escasez de plantilla. «No damos abasto a mirar pasaportes. Los controles de seguridad se realizan de manera precaria», admite uno de los agentes.
Pese a las numerosas peticiones de los inspectores jefe, Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) se ha negado hasta ahora a facilitar una sala de retornados. En ella, los policías realizan los trámites burocráticos necesarios para ejecutar el retorno en frontera de los extranjeros que no reúnen los requisitos. El inmigrante debe esperar en esta estancia a que la misma compañía aérea le lleve de regreso a su país de origen.
«La situación del aeropuerto de Gerona es de abandono total por parte del Ministerio del Interior. Hace siete años que no se manda a un funcionario de policía ni a la ciudad de Gerona ni a Figueras ni a Lloret del Mar. A esto hay que sumar que muchos agentes se han jubilado y no han sido repuestos. Tanto la Junquera como el aeropuerto son dos auténticos coladeros de inmigrantes», censura el portavoz del sindicato policial CEP, Rodrigo Gavilán.
Los agentes padecen esta situación desde el año 2003, aproximadamente, cuando empezaron a operar compañías de bajo coste como Ryanair y el tráfico del aeropuerto sufrió un incremento espectacular de viajeros del 160%. Hasta esas fechas, la mayoría de los pasajeros viajaba en vuelos chárter con paquetes turísticos cerrados, por lo que estaban mucho más controlados.
‘Líneas calientes’
Durante el año pasado, este aeropuerto registró un total de 3,5 millones de pasajeros y ocupa el puesto 14º en el ranking español.
Los policías se ven incapaces de controlar las líneas calientes que suelen trasladar a inmigrantes irregulares. Algunos vuelos proceden de Budapest (Hungría), ruta que suele ser utilizada por los ciudadanos rumanos para introducirse en España. «Deberíamos devolver a cinco o seis pasajeros en cada uno de estos vuelos, pero no podemos. El viajero tendría que esperar entre dos o tres días porque no hay sala de retornados, pese a las muchas peticiones que hemos realizado a Aena», se queja un agente.
Otros de los vuelos que más sin papeles transportan proceden de Francia y Alemania, de donde llegan, sobre todo, inmigrantes latinoamericanos. En muchas ocasiones, ecuatorianos, colombianos y bolivianos prefieren hacer escala en un país europeo antes que volar directamente a España. El truco es sencillo: a pesar de ser frontera Schengen, los controles en los países europeos no son muy estrictos cuando los pasajeros están en tránsito y su destino final no es su territorio.
Una vez que llegan a España, las inspecciones también se relajan, ya que se supone que han pasado por una frontera Schengen. «No podemos ni mirarlos. Muchos latinoamericanos no vienen con el visado en regla ni con el sello del espacio Schengen, pero acaban pasando. Para ser estrictos necesitamos más medios y personal. ¡Bastante tenemos con vigilar los vuelos no Schengen!», afirma un funcionario de policía.
El portavoz de la CEP considera que para controlar la inmigración irregular que llega a España es necesario vigilar Gerona y reclama a Interior que aumente la plantilla de policía con personal fijo y no con agentes que se trasladan en comisión de servicio.
Pero España también exporta inmigrantes al extranjero. Muchos subsaharianos se desplazan a Italia, mientras que paquistaníes e indios suelen elegir como destino Gran Bretaña. Sin embargo, los agentes españoles destacan el muy diferente comportamiento de las autoridades británicas, que ejercen un control férreo sobre los extranjeros que intentan entrar en su territorio. Según fuentes policiales, el Reino Unido multa con 2.000 libras a la compañía aérea por cada pasajero que viaje sin la documentación en regla. Por tanto, las aerolíneas realizan un primer filtro para que no se les cuele ningún ilegal y muchos se quedan en tierra. Posteriormente, las autoridades británicas ejecutan un segundo control y devuelven a España a unos 10 inmigrantes cada semana.
Este periódico se ha puesto en contacto con el Ministerio del Interior y la Subdelegación del Gobierno de Gerona para obtener su versión sobre estas denuncias, pero no ha recibido respuesta alguna.
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