Los viajeros de Alá cruzan Gipuzkoa
Diario de noticias de Gipuzkoa, 16-08-2006Los viajeros de Alá cruzan Gipuzkoa
Una mujer magrebí duerme en un área de descanso en el periplo que vive su comunidad antes de cruzar el Estrecho de Gibraltar.
La estampa del vehículo centroeuropeo atiborrado de ocupantes y que porta en su techo una voluminosa carga envuelta en plástico se repite en las carreteras guipuzcoanas hace ya decenas de veranos. Los inconfundibles emigrantes magrebíes en Francia, Holanda o Bélgica regresan a la tierra que les vio nacer para reencontrarse con familiares y amigos. Ayer fue un día clave en el tránsito de vehículos con origen o destino al norte de África, al ser jornada de inicio y fin de Operación Salida. Y el paso de Biriatu, así como las áreas de descanso de la A – 8 en el territorio guipuzcoano, acogieron el paso de miles de estos tradicionales viajeros.
Según datos aportados a este periódico por la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, 1.382.676 millones de ciudadanos magrebíes y 350.949 vehículos han cruzado a tierras africanas desde los puertos de Algeciras (Cádiz), Almería, Málaga y Alicante desde que el 15 de junio se pusiese en marcha la Operación Paso del Estrecho, que finalizará el 15 de septiembre.
Se calcula que alrededor de un 55% de ellos penetra en la Península a través del paso de Biriatu, que es junto a La Junquera un eslabón más en su camino hacia Gibraltar, donde el tránsito hacia África en barco será la culminación a más de 30 horas de viaje en coche.
vehículos
Incremento
En la Operación Paso del Estrecho de este año se prevé que casi tres millones de magrebíes y más de 700.000 vehículos crucen la Península para regresar a sus países de origen en el periodo estival.
Hasta la jornada de ayer, el paso de estos turistas por los puertos sureños se ha incrementado un 2%, mientras que el de vehículos ha aumentado en un 4%, aspecto que no ha repercutido especialmente en el ya denso tráfico soportado por la autopista guipuzcoana.
“De momento todo ha ido normal, sin ninguna incidencia”, explican desde Protección Civil, que mantiene un dispositivo especial desde mediados de junio, en colaboración con el Gobierno de Marruecos y con la coordinación del Estado, así como las comunidades autónomas y las corporaciones locales afectadas por este intenso paso de turismos.
Dentro de la planificación concreta destinada a estos viajeros, Protección Civil mantiene el sistema de información a través de paneles, en los puestos fronterizos de La Junquera e Irun, donde se ofrecen, entre otras informaciones, el estado de ocupación de los puertos y esperas en los mismos, que ya fue utilizado en años pasados.
Igualmente, se dispone de estos avisos en determinados paneles de información de carreteras.
El plan que coordina el paso de estos viajeros también les recomienda una serie de puntos para descansar en su largo recorrido peninsular.
área de descanso
Oiartzun
Entre estas zonas se encuentra el área de descanso de Oiartzun, donde ayer se daban cita decenas de ciudadanos magrebíes, quienes hacían un alto en el camino para echar una cabezadita o para repostar antes de pasar a Francia, donde el precio de las gasolinas es superior al de las ofertadas a este lado de la muga.
En este lugar predominaban las familias compuestas por padres e hijos, si bien cada vez son menos los que reflejan la histórica imagen de una numerosa prole, en la que el hombre enfunda su cuerpo en una chilaba, la mujer cubre su cabeza con un chador (pañuelo), y todo ello completado con una enorme carga sobre la baca del automóvil.
“Se ven menos personas vestidas con las ropas típicas árabes, y cada vez viajan menos en grandes furgonetas. Ahora tienen coches más grandes que antes y llevan un remolque”, describen desde Protección Civil.
Además, agregan, el número de viajeros por coche cada vez es menor, lo que refleja la cada vez más extendida tendencia de la sociedad occidental.
La voluminosa carga que portan todavía algunos de ellos en el techo del vehículo se basa en cuestiones económicas, ya que algunos magrebíes residen en pisos de alquiler y, para evitar que les cobren las semanas que pasan de vacaciones en su país, portan sus pertenencias con ellos.
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