Del Director. El tramo final de las vacaciones
Canarias 7, 16-08-2006Francisco Suárez Álamo
Las Palmas de Gran Canaria
El compromiso medio tácito entre José Luis Rodríguez Zapatero y el Gobierno de Canarias para que le dejasen descansar en sus vacaciones en La Mareta está a punto de irse al garete. Coalición Canaria quiere exprimir al máximo el hartazgo de mucha gente ante el fenómeno de la inmigración irregular y ahora le saca jugo al asunto un día sí y otro también. De esta manera, la visita de Rodríguez Zapatero a La Palma, prevista para mañana, y su mitin del sábado, en la capital grancanaria, vendrán debidamente contextualizados por una subida de tono de los nacionalistas de Coalición en torno a qué debe hacer el Gobierno ante la avalancha de cayucos y pateras.
Ayer le tocó a José Miguel Barragán, que lamentó que no se haya creado un gabinete de crisis ante la llegada incesante de inmigrantes irregulares y la manifiesta escasez de la misión de Frontex, pues si al hecho de que son pocos los barcos y aviones enviados, le sumamos que sólo estarán nueve semanas y que Senegal sigue poniendo trabas al control de todo su litoral, al final lo que tenemos no es un refuerzo de la labor de la vigilancia, sino más bien unas prácticas para que un puñado de soldados se ponga moreno bajo el influjo mágico del alisio. Barragán apuntó que el Gobierno central da la sensación de estar medio de vacaciones, algo en lo que no le falta razón, y al tiempo que mira a Madrid, subliminalmente consigue que el ciudadano tenga presente que el presidente Adán Martín sí que hizo la pasada semana un alto en su itinerario estival para reunirse con el equipo que tiene responsabilidades – pocas, las cosas como son – en el asunto inmigratorio.
En medio de esa estrategia nacionalista de sacar tajada electoral de la inmigración, José Manuel Soria pone la guinda. No le falta razón al presidente del Partido Popular cuando recuerda que a ellos les ponían mala cara sus entonces compañeros de CC cuando arremetían contra Madrid por su supuesta pasividad en este asunto. Es por ello que Soria critica ahora abiertamente a Adán Martín y se pregunta por qué le ha entrado tanta sensibilidad por el flujo inmigratorio, si hace año y medio se empeñaba en poner sordina a todas las críticas. Así las cosas, el PP empieza a disfrutar las ventajas de estar en la oposición: puede atacar al gobernante y escudarse en el discurso de que los echaron por alertar de un fenómeno que ahora es una cruda realidad.
Zapatero, por tanto, tiene ante sí un tramo final de vacaciones plenamente politizado. Le quedan dos comparecencias públicas que estaban ideadas para congraciarse con los palmeros y animar a las huestes socialistas. Iban a ser dos citas casi festivas pero, visto el panorama, se convierten en dos difíciles papeletas.
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