Inclusión
«Llevaba años sin un trabajo y en UBA estoy feliz»
El albergue de Ametzagaña se convierte también en una escuela para formar a personas como Ahmet Mrabet, en situación vulnerable, y ayudarles a lograr un empleo
Diario Vasco, , 11-01-2024Ahmet Mrabet, Sorkunde Urrezti o Claret Nolazo son algunas de las personas que, tras estar tiempo desempleadas, han encontrado una nueva oportunidad laboral en el albergue UBA de Donostia. Este recinto ubicado en Ametzagaña, Donostia, se acaba de transformar en un proyecto de empleo inclusivo. Sigue manteniendo su función de hostal, pero ahora es también una especie de escuela «dirigida a la creación de oportunidades laborales para colectivos desfavorecidos o con dificultades para su inserción laboral», como el caso de Ahmet, natural de Marruecos pero afincado en el Estado desde hace veinte años. Hasta este miércoles llevaba «seis años sin un trabajo estable» y ahora presume de ser auxiliar de cocina. «Estoy feliz. He sido pizzero durante mucho tiempo, es mi especialidad. Ahora seguiré las órdenes de Josetxu Corella», dice, el chef principal.
Los dos se intercambian una mirada cómplice mientras pican cebolla. «De aquí en adelante», dice Josetxu, «ofreceremos comida con un toque de otros países. En el caso de Ahmet, él aportará el sabor marroquí. Este es un proyecto muy enriquecedor», asegura, impulsado por el Ayuntamiento a través de Fomento de San Sebastián, cuenta con el apoyo del Departamento de Trabajo y Empleo del Gobierno Vasco.
Ya se han firmado diez contratos inclusivos, desde su puesta en marcha en octubre. Entre los contratados, personas que forman parte de los colectivos «con más dificultades para su inserción como los mayores de 45 años, las mujeres y los jóvenes sin experiencia laboral», explicó en la presentación oficial del nuevo UBA la concejala de Economía y Empleo Local, Marisol Garmendia; junto al viceconsejero de Empleo e Inclusión, Alfonso Gurpegui; y el responsable de Suspertu-EDE Fundazioa, Jon Basaldua.
Garmendia destacó el «carácter innovador» de un proyecto que permite «optimizar» el rendimiento de las instalaciones de UBA y ponerlas al servicio de la que es «nuestra prioridad: impulsar las políticas de empleo para que San Sebastián siga siendo la capital de Euskadi y el Estado con menor tasa de paro». Por su parte, Gupergui insistió en que «acceder al empleo no es solo acceder a un sueldo, debe ser la puerta que se abre para todos los demás derechos para una vida digna, y este albergue es una síntesis de esa vocación».
De momento, ya hay diecisiete personas contratadas, diez de ellas con contratos de inclusión, como Ahmet, pero también como Claret y Sorkunde, que son camareras de piso en UBA. «Tengo 54 años y estoy encantada porque me hayan hecho partícipe de este proyecto», asegura Sorkunde. Hasta ahora, no había tenido «grandes problemas» para encontrar trabajo, pero en la actualidad necesita estar a media jornada porque también cuida de su madre y no encontraba nada que le encajara. A su edad, además, «no es tan fácil», explica esta donostiarra, que se encarga de la limpieza de las habitaciones y las zonas comunes junto a Claret.
Al igual que Sorkunde, la venezolana Claret también está «feliz» con este nuevo trabajo. «Llevo un año aquí y para cualquier empleo me pedían experiencia, pero no tengo ninguna. Esta es una gran oportunidad que me permite también llevar a mi hija al colegio por el horario».
Nuevo convenio para contratar a personas con discapacidad
Personas con discapacidad que trabajan en centros de Gipuzkoa accederán a un contrato de trabajo gracias al convenio firmado entre el Departamento de Educación del Gobierno Vasco y la asociación guipuzcoana a favor de las personas con discapacidad intelectual Atzegi. Así, se espera que esta primera experiencia «afiance valores como la inclusión y la igualdad» y se pueda extender pronto a centros de Bizkaia y Gipuzkoa, con lo que un total de 30 personas tendrán una oportunidad laboral. El consejero vasco de Educación, Jokin Bildarratz, visito ayer la escuela Iraurgi de Azpeitia, donde se ha efectuado el primer contrato laboral. Es el de la azpeitiarra Eli Aguiriano, que ha logrado un contrato en la escuela de su pueblo.
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