El Ejército abre las puertas de la nacionalización a 126 extranjeros
La Voz de Galicia, 16-08-2006Marinela Morales Agudo tiene 21 años, es colombiana y dentro de poco va a obtener la nacionalidad española. Lleva tres años y cuatro meses en la Brigada Paracaidista (Bripac) pero no ha venido a Galicia, donde 400 compañeros suyos vigilan, por orden del Ministerio de Defensa, instalaciones sensibles al fuego como centrales eléctricas o aeropuertos. La soldado dice que quiere a España como si fuese su «propia patria» y explica que el Ejército es su vida. Gina, que es como prefiere que la llamen, es uno de los 126 extranjeros que van a conseguir la nacionalidad española después de firmar un largo compromiso de seis años con el Ejército. Para la paracaidista, estar en el Ejército es «una gran oportunidad», de lo que está «orgullosa». «A España la quiero como si fuese mi propia patria y si me toca dar mi vida por España, la doy», dice segura. Morales estuvo dos meses en Afganistán encargada de la custodia de las urnas en las elecciones de aquel país. La misión, explica, «no fue peligrosa, no tuvimos ningún problema». Ante situaciones límite, Marinela sostiene que «no tendría miedo» porque «confío en los mandos y haría lo que me ordenasen».
Desde que la mili desapareció, allá por el 2001, las Fuerzas Armadas sufrieron una gran merma de soldados que la profesionalización no suplió. En enero del 2005 se tocó fondo con 70.632 militares, la cifra de efectivos más baja desde que terminó el servicio militar obligatorio. El Ministerio de Defensa cree que la tendencia se ha revertido y subraya que en el pasado julio se alcanzaron los 76.401 soldados y marineros profesionales, un máximo histórico desde el 2001.
Unidades de choque
Fue en el anterior Gobierno del PP cuando, ante las paupérrimas cifras de alistamiento, el ex ministro de Defensa Federico Trillo permitió en el 2002 el ingreso de inmigrantes en el Ejército, aunque sólo en dos unidades de choque: la Bripac y la Legión, consideradas las más duras de todas. Aunque desde principios del año pasado pueden acceder también a otras unidades, la Brigada Paracaidista es la unidad en la que más extranjeros hay: un 28% de sus integrantes nació fuera de España.
Ya con José Bono como ministro de Defensa, se alcanzó el mínimo histórico de efectivos, por lo que el Gobierno adoptó una serie de medidas urgentes. Se aprobó la Ley de Tropa y Marinería, se anunciaron nuevos y mejores sueldos y se favoreció la integración de las mujeres. Éste último colectivo representa ya el 17,57% de la tropa, con 13.424 efectivos. Las medidas de urgencia tuvieron efecto. En un año y medio, la cifra de reclutamiento ha aumentado en 6.000 soldados, de los que más de 2.500 proceden de países de Latinoamérica y Guinea Ecuatorial.
Para poder acceder al Ejército, los extranjeros deben poseer permiso de residencia, temporal o permanente, y no tener antecedentes penales ni en España ni en su país de origen. Su vinculación, por razones de idioma, sólo está permitida a latinoamericanos y guineanos, y tienen que firmar un compromiso de seis años. El Ministerio de Defensa estableció en un 7% el cupo máximo de extranjeros que pueden pertenecer a las Fuerzas Armadas.
Una vez pasados los seis años en filas, para poder renovar el compromiso con el Ejército es obligatorio tener la nacionalidad española. Para lograrla se tiene que pedir una prórroga para seguir enrolado mientras se realizan los trámites. En la actualidad, 126 inmigrantes están en este proceso.
Los militares foráneos en las Fuerzas Armadas suman más de 3.600 efectivos, de los 76.401 del total de tropa y marinería, lo que supone un 4,71%. La mayoría está en el Ejército de Tierra, donde suponen el 5,66%, en la Armada son el 4,03 y en el Ejército del Aire representan el 0,89%.
(Puede haber caducado)