Los perceptores de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) siguen al alza en un año marcado por la inflación. Y no solo eso. Gipuzkoa cierra este curso superando el techo de los 13.400 beneficiarios, la cifra más alta desde febrero de 2021. Desde comienzos de año, el territorio ha sumado 1.700 solicitantes de esta ayuda económica para atender las necesidades básicas de las personas y familias que no disponen de recursos suficientes. Si se comparan los datos de noviembre con los del mismo mes de 2022, además, se aprecia un aumento de 1.741 perceptores en el territorio, según las estadísticas del servicio vasco de empleo Lanbide. En el conjunto de Euskadi hay 55.487 beneficiarios.

Pese a haberse estabilizado la pandemia, el encarecimiento de la vida sigue provocando que cada vez más personas tengan problemas para llegar a fin de mes. En noviembre, según los últimos datos disponibles, fueron 13.487 los guipuzcoanos que tuvieron que recurrir a esta prestación, la mayoría (7.703) mujeres. Hacía más de dos años que no se registraba una cifra tan alta. Para encontrar un número similar de perceptores de la RGI hay que remontarse a marzo de 2021, cuando en Gipuzkoa 13.394 ciudadanos pidieron esta prestación que se cobra cada mes. En febrero de ese mismo año fueron 13.532.

La tendencia en los últimos años ha sido al alza, aunque con los llamados dientes de sierra. Esto es, con subidas y bajadas dependiendo del mes. La demanda no ha hecho más que crecer desde que la curva de perceptores descendiera en septiembre del año pasado hasta los 11.661 beneficiarios, cuando tras el coronavirus la economía en los hogares más vulnerables parecía empezar a recuperarse, hasta superar en la actualidad el techo de las 13.000 personas solicitantes.

Si bien, como viene siendo costumbre, las mujeres perceptoras de la RGI son más que los hombres, también destacan colectivos como los que solo tienen los estudios obligatorios (8.095) o quienes viven solos, es decir, los que se encuentran dentro de la categoría de un único miembro en la unidad convivencial (8.493). Por edades, la mayoría tienen más de 30 años y menos de 64, lo que significa que están en edad de trabajar. Muchos de ellos, 2.521, cobran el complemento de trabajo porque pese a tener un empleo no ganan lo suficiente como para cubrir sus gastos básicos del día a día. 6.938 están solteros.

Misma tendencia en Euskadi
El alza de solicitantes de la Renta de Garantía de Ingresos se evidencia sobre todo en Gipuzkoa, pero también en el resto de los territorios vascos. En el conjunto de Euskadi, en lo que va de año se han sumado más de 6.000 personas a la RGI, una media de 550 por mes. Si 2023 comenzó con 49.442 solicitantes, finaliza con 55.487, según las estadísticas de Lanbide. En apenas doce meses, si se comparan los datos actuales con los de noviembre de 2022, la diferencia es de 6.174 perceptores.

Este 2023 no solo ha estado marcado por la subida de precios, sino también por los diferentes conflictos, como la invasión rusa a Ucrania y la guerra entre Hamás e Israel. Todo esto ha hecho que la situación económica no termine de recuperarse y las personas que más se han visto afectadas han sido las que estaban ya en situación de vulnerabilidad o en riesgo de pobreza.

Por eso, el Gobierno Vasco ha aprobado el pasado año la nueva ley de la RGI, que tiene como objetivo proteger a las familias con menores y ciudadanos más vulnerables, como pueden ser los inmigrantes y pensionistas, entre otros, así como las mujeres, porque si se analizan los datos por género se aprecia que la pobreza todavía tiene rostro de mujeres, muchas de ellas madres de familias monomarentales. En el conjunto de Euskadi, de los más de 55.000 perceptores de la RGI, casi 32.000 son mujeres.

Aunque la cifra de perceptores ha subido en los últimos meses, esta todavía podía ser mayor. ¿El motivo? Una de cada cuatro familias que vive en Euskadi no cobra la RGI pese a estar en situación de pobreza. Bien por desconocimiento de su derecho o por incumplir los requisitos, hay 39.000 personas necesitadas que no cobran esta prestación social y se quedan fuera del sistema de ayudas económicas, según datos de la última encuesta de Pobreza y Necesidades Sociales.

Con la reforma de la RGI, que ha flexibilizado los requisitos de acceso, se espera que el número de quienes precisan el dinero y todavía no tienen acceso a él disminuya en los próximos meses. En los primeros cinco meses desde la puesta en marcha de esta reforma, la flexibilización de los requisitos de la nueva RGI ha permitido que cerca de 3.000 familias en situación de pobreza que antes no podían percibir esta ayuda ahora puedan cobrarla. La previsión es que este número siga al alza en el futuro.