Lesbos es un termómetro de la situación geopolítica de Oriente Próximo y Oriente Medio. Con cada revuelta, crisis o guerra, fluctúa el número de refugiados que consigue llegar a la isla griega, y la guerra en Gaza no está siendo una excepción. Si Zaporeak se felicitaba hace dos meses por haber conseguido dar de comer al 75% de los habitantes del campo de Kara Tepe, ahora celebra con sabor agridulce haber batido su propio récord de raciones diarias. «Damos más menús que nunca, 3.000. Pero la población refugiada se ha multiplicado por dos, y un 10% son ya Palestinos. En el campo viven 6.000 personas, por lo que la mitad de los refugiados no tienen qué comer», subraya Peio García Amiano.

Este pasado fin de semana, los voluntarios de la organización guipuzcoana cocinaron por primera vez 3.000 raciones en un día. Batieron todas sus marcas desde que llegaron al país heleno hace ocho años, y así desean continuar. «En abril no nos creíamos haber llegado a las 2.000 raciones y en menos de un año estamos dando mil más». «Esta cifra no va a ser algo ocasional, sino que queremos que se mantenga», señalan García Amiano y Helena Ruiz de Azua, en una comparecencia realizada esta mañana en los almacenes de Zaporeak.

Pero este gran esfuerzo tiene un coste, tanto económico como de personal. La ONG, que desde hace 8 años no ha apagado ni un solo día sus fogones, revela que tiene previsto incrementar el número de voluntarios, pasando de cuatro a ocho por turno, y que se sumarán a la media docena de voluntarios refugiados que les ayudan en las cocinas de manera permanente. «Queremos aprovechar para agradecerles su labor y la buena voluntad de la sociedad. Han pasado 1.500 voluntarios por las cocinas de Zaporeak en Grecia, y ya tenemos los turnos cerrados hasta junio», señalan.

De esta forma, contarán con más manos para poder llegar de una manera más holgada a esas 3.000 raciones diarias. Un coste extra que se aprecia también en la adquisición de los alimentos. «Cada ración nos cuesta 1 euro, por lo que pasamos a tener un gasto diario de 3.000 euros solo en lo que respecta a los menús. En un año, ronda el millón de euros», ejemplifica García Amiano, sin contar con que, entre otras cuestiones, la inflación ha incrementado los costes, que la asume la propia organización dedicando más recursos económicos a dicho fin.

Iniciativas solidarias para esta Navidad
El motivo de la cita en los almacenes de Zaporeak ha sido la salida de un nuevo camión hacia Lesbos, adonde previsiblemente llegará en unos siete días. En esta ocasión, además de los alimentos en seco, van a hacer llegar al campo de refugiados unos 4.000 muñecos de chocolate para los niños que habitan en Kara Tepe, y que representan un tercio de la población del campo. «Les hará muchísima ilusión recibirlos», apuntan.

Zaporeak presenta las campañas solidarias para esta Navidad
Zaporeak presenta las campañas solidarias para esta Navidad Lusa
Para poder seguir teniendo las cocinas a pleno rendimiento, la organización guipuzcoana ha preparado una serie de iniciativas solidarias para recaudar fondos. «Durante las navidades, estamos junto a la estación, en una caseta con merchandising de la ONG. Este viernes, celebraremos allí a las 18.00 horas el pintxo solidario. El sábado, en el centro comercial Garbera, junto al ogiberri, celebraremos el pintxo de tortilla solidario, y el martes, día 19, hemos preparado una cena solidario en la Unión Artesana, de la mano de varios grupos gastronómicos y Cebank. El coste del cubierto son 50 euros y para reservar una de las 80 plazas disponibles hay que llamar al 637891768. En caso de que alguien no pueda ir, hemos puesto en marcha el ‘Cubierto 0’, de tal forma que se puede donar la cantidad sin necesidad de acudir».

Además, este martes sale a la venta el calendario que cada año publica la ONG con imágenes de su labor en Lesbos, y el próximo día de Santo Tomás, contarán con un puesto en la plaza Gipuzkoa en la fachada de la Diputación. «Ofrecemos la txistorra que ganó el concurso el año pasado».

Todas estas iniciativas buscan seguir sumando apoyos. «El dinero lo convertimos en comida, por lo que todo resulta útil para seguir cocinando esas 3.000 raciones diarias», concluyen.