Gabriela Cabezón Cámara, escritora argentina: “España debe pedir perdón a los pueblos originarios y devolver el oro”

El Diario, Carmen López, 02-12-2023

Según su autobiografía, el 18 de marzo del año 1600 Catalina de Erauso huyó del convento de monjas dominicas de San Sebastián en el que estaba internada. La que más tarde sería conocida como Monja Alférez se cortó el pelo, se hizo un traje nuevo con la tela de su atuendo de novicia y se lanzó al mundo como hombre con ganas de aventuras. Su recorrido le llevó a sitios como Bilbao, Valladolid o Sevilla, donde se enroló como grumete en un barco capitaneado por su tío Esteban Eguiño que la dirigió a lo que ahora se conoce como Latinoamérica. Todo ese recorrido estuvo plagado de crímenes de diferentes niveles que continuaron, por supuesto, en el continente que los españoles habían empezado a arrasar dos siglos antes. La escritora argentina Gabriela Cabezón Cámara ha tomado a este personaje como protagonista de su novela Las niñas de naranjel, que acaba de publicar en España con la editorial Random House.

Catalina, que en el libro ya es Antonio, se observa desde tres perspectivas. La del pícaro propio de la literatura española del Siglo de Oro, la del conquistador atroz y la del cuidador, sin duda la más sorprendente. Esas diferentes visiones se reflejan también en las tres gramáticas que conviven en el libro así como las tres lenguas que se intercalan: el español, el guaraní y el euskera. Así, la novela se extiende mucho más allá de las vivencias del protagonista para abarcar temas que llegan hasta el presente como el extractivismo, el medioambiente o el racismo, entre otros. Cinco siglos después de que la Monja Alférez se labrase su leyenda, el ser humano aún sigue sin resolver esos asuntos que le llevan al abismo.

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