Una década de intercambios solidarios

El Banco del Tiempo de Barakaldo cumple diez años con un centenar de socios, de 17 países, que hacen trueques con sus habilidades

El Correo, Laura González Barakaldo, 14-11-2023

Yo te enseño a cocinar y tú me acompañas al médico; o te arreglo un enchufe y recibo clases de inglés. Con esta premisa, la de intercambiar habilidades sin dinero, un trueque de experiencias, nació hace una década el Banco del Tiempo de Barakaldo. Un sistema de relación social en el que se demuestra que los minutos son la moneda de cambio más valiosa. Surgió del servicio municipal de inmigración, y se encarga de dinamizarlo el área de Cohesión Social y Gestión de la Diversidad del Ayuntamiento. Por él han pasado casi 250 socios, aunque actualmente en activo cuenta con 105, la mayoría mujeres.

«Para mí esto es un enriquecimiento personal enorme. Soy muy feliz ayudando en lo que puedo a los demás, disfruto mucho», declara Mari Cruz Silvestre, quien a sus 78 años lleva desde el inicio en este proyecto. «Como yo he dado antes clases de peluquería empecé cortando el pelo a quien necesitaba, y ayudando a los mayores y extranjeros; y a mí me han enseñado a manejar más internet y el teléfono móvil», explica esta usuaria.

Varios usuarios realizando un taller hace unas semanas.
Varios usuarios realizando un taller hace unas semanas. S. A.
Como socia número tres figura Tere Sánchez. «A mí me vinieron a casa dos chicos a enseñarme a hacer cuscús, y yo he dado clases de francés, o de cómo hacer álbumes digitales», relata, antes de contar que en pandemia realizaron una pequeña colecta para ayudar a las familias de los socios que trabajaban en servicios a domicilio o de limpieza y que no recibían ningún ingreso.

«Yo he cortado el pelo, y a mí me han enseñado a usar internet y el móvil. Es un enriquecimiento personal enorme»
Susana Arrizabalaga, la responsable de la secretaría técnica de esta iniciativa comunitaria, es quien se encarga de registrar las peticiones para solventar pequeñas necesidades cotidianas, o los ofrecimientos que le van llegando desde los distintos miembros. «Es un proyecto bonito, que garantiza que todas las personas somos iguales y que podemos ser útiles», declara, animando a los baracaldeses, sobre todo a los jóvenes, a que se sumen a esta iniciativa. Además de gestos desinteresados a nivel individual, en este banco del tiempo también se realizan a nivel colectivo, impartiendo talleres de meditación, de costura o de inglés, o un sinfín de actividades grupales. «Triunfan mucho los de cómo utilizar el móvil o la tablet», revela.

Arropar a inmigrantes
Abierto a todos los vecinos de la segunda urbe vizcaína, entre todos los socios cuentan con personas de 17 nacionalidades, a quienes intentan arropar. Una de ellas es Nawal Youssef, quien llegó hace ocho años a Barakaldo con su familia, procedente de Siria. «Yo hice un taller de cocina de mi país. Aquí he tenido la suerte de encontrar otra familia, hemos creado un grupo de madres con hijos en edades similares, y estoy muy agradecida», asegura.

Para celebrar estos diez años de vida desde este viernes habrá una exposición fotográfica en Clara Campoamor, donde tienen su sede. Allí el sábado realizarán un encuentro con el banco del tiempo de Dimoni (Girona), y el de Rivas Madrid, jornada que culminará con una comida popular.

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