Mueren 17 subsaharianos que navegaban rumbo a Canarias

La Voz de Galicia, 12-08-2006

Diecisiete inmigrantes murieron durante una penosa travesía de más de veinte días a bordo de un cayuco de madera en el que trataban de alcanzar las costas de Canarias.


Los motivos que provocaron la tragedia difieren según las fuentes. La Gendarmería de Mauritania, en cuyas costas fue interceptada la embarcación tras varios días a la deriva y con las vidas de sus ocupantes a merced del calor y las olas, asegura que los fallecimientos se produjeron por la falta de alimentos y agua.


Once cuerpos sin vida fueron arrojados al mar durante la travesía por otros ocupantes del cayuco, explicaron a la policía mauritana los supervivientes. Otros dos cuerpos fueron encontrados dentro del cayuco cuando era conducido a tierra el pasado miércoles, y cuatro más, que llegaron con vida, fallecieron poco después de ser ingresados en un hospital de Nuadibú, tras ser desembarcados en pésimo estado de salud. Al principio, la policía habló de 16 muertos, pero la Media Luna Roja mauritana elevó esa cifra a 17. Esta última fuente, citada por una emisora de radio, aseguraba que los «sin papeles» fallecieron al explotar un hornillo en el interior del cayuco, provocando la muerte en el acto de once inmigrantes.


La barcaza había partido sobre el 20 de julio desde Senegal con 97 personas a bordo rumbo al archipiélago canario. Según explicó el director de la policía de Nuadibú, ciudad norteña donde acabó su viaje, los indocumentados «murieron de hambre y de sed, mientras que el resto bebió agua del mar para sobrevivir».


Un portavoz de este organismo explicó que la embarcación llegó a estar muy cerca de la costa canaria – de hecho, según su relato, habría sido detectada por el servicio español de vigilancia costera – pero una avería en su motor la dejó a la deriva. Las olas la empujaron primero hasta las proximidades de Cabo Blanco, en el Sáhara Occidental, y después más al sur, hacia Mauritania. Al fin, fueron interceptados por una patrullera de la Marina mauritana.


Ayer continuó el goteo de extranjeros llegados a Canarias a pesar de la puesta en marcha del despliegue de la agencia de la UE para el control de su frontera exterior (Frontex), que de momento no vigilará las costas de Senegal por no haber llegado aún a un acuerdo con las autoridades de ese país.


Las fuerzas de seguridad y la Cruz Roja atendieron ayer a 260 inmigrantes que llegaron al Puerto de Los Cristianos (Tenerife) a bordo de tres cayucos, mientras que en Gran Canaria fueron detenidos ocho inmigrantes, siete de ellos menores de edad, después de que arribaran junto a un grupo a una playa desierta.


La primera de las tres naves que llegó a Tenerife atracó durante la madrugada del viernes en Los Cristianos con 103 personas a bordo. Todos los ocupantes se encontraban en buen estado.


Menores de edad


El segundo arribó al mismo puerto con las primeras luces del día, escoltado por un barco de Salvamento Marítimo. El cayuco traía 78 inmigrantes, entre ellos tres menores. Poco después llegó otro cayuco con 79 inmigrantes que fue interceptada por una patrullera.


En Gran Canaria, agentes de la Guardia Civil detuvieron a ocho inmigrantes marroquíes, siete de ellos menores de edad, que deambulaban por la playa de Arinaga, donde al parecer desembarcaron durante la madrugada tras llegar en una embarcación que no ha sido localizada.


El presidente del Gobierno de Canarias, Adán Martín, interrumpió sus vacaciones para reunirse con los consejeros de Presidencia, Sanidad, Asuntos Sociales e Inmigración. Tras el análisis de la situación pidió «firmeza» al Gobierno español, ya que las competencias son exclusivas del Estado, y reiteró que las medidas adoptadas por el Ejecutivo central no han sido suficientes. Martín advirtió a las autoridades españolas y de la UE de que «el agujero» en la frontera sur de Europa «se está agrandando» ante la incesante llegada de cayucos.

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