El mundo, explicado
Arranca la mayor expulsión de inmigrantes ilegales de la historia
Pakistán deportará a más de 1,7 millones de afganos, muchos de los cuales huyeron del régimen talibán al que ahora tendrán que regresar
Diario Vasco, , 09-11-2023Hace exactamente una semana, Pakistán inició la expulsión masiva de 1,7 millones de inmigrantes indocumentados procedentes de Afganistán. Según el plan que el gobierno de Islamabad aprobó el pasado 4 de octubre, la deportación se realizará en diferentes fases: primero, los afganos que no hayan regresado por su cuenta serán internados en centros temporales, y luego serán escoltados hasta la frontera. Entrarán a un Afganistán muy diferente al que dejaron, ya que la inmensa mayoría huyó antes de que los talibanes se hiciesen con el control del país, en 2021. Es más, su avance ante la humillante retirada de las tropas estadounidenses propició que unos 600.000 ciudadanos decidiesen escapar.
De esta forma, mujeres y niñas que abandonaron un país en el que podían estudiar y trabajar, se verán ahora abocadas a vivir en los confines de un burka y bajo la tutela de un hombre, y, aunque Pakistán no es precisamente el país más desarrollado, los varones serán devueltos a uno de los estados más pobres del mundo, donde 15 millones de personas tienen dificultad incluso para alimentarse. Y llegarán sin apenas capacidad para labrarse el futuro en una tierra en la que no tienen nada.
Por eso, aunque la información internacional está ahora copada por las guerras en Gaza y Ucrania, hoy nos acercamos a este drama para que pase menos desapercibido.
Estos son los tres temas que abordaremos hoy:
Pakistán comienza a deportar a más de millón y medio de afganos
Rusia incrementa la tensión nuclear
Alemania agilizará las deportaciones de inmigrantes
Migraciones
Pakistán comienza a deportar a más de millón y medio de afganos
Todo comenzó con varios atentados suicidas en los que el gobierno paquistaní asegura que participaron ciudadanos afganos, aunque no ha presentado ninguna prueba que lo certifique. El país, lastrado por una hiperinflación que revienta su economía, determinó entonces que cuatro millones de afganos eran demasiados para su territorio. Así que, sus dirigentes, preocupados por las elecciones del año que viene, decidieron cortar por lo sano y expulsar a todos los que no hayan regularizado su situación en Pakistán. Según los últimos datos, son nada menos que 1,7 millones, y algunos llevan en el país desde la guerra con los soviéticos. O sea, desde 1979.
Afganos con la casa a cuestas en Pakistán.
Afganos con la casa a cuestas en Pakistán. EFE
Por si fuese poco, a casi millón y medio más le ha caducado este año la tarjeta de registro con la que ha residido en el país, y, aunque el Gobierno ha prometido que eso no tendrá ningún efecto para sus titulares, la tensión crece y se multiplican los casos de acoso y extorsión policial contra ellos. Son vulnerables sobre todo a eso último, ya que la corrupción está a la orden del día.
Estas medidas han logrado que, desde su anuncio, el número de afganos que retorna a su país por voluntad propia antes del ultimátum del 31 de octubre haya marcado un récord. No obstante, suman solo 200.000 y, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, el 78% lo ha hecho por miedo a ser arrestado. Razones no les faltan para el temor, porque las Autoridades incluso han ordenado la demolición de viviendas en las que residían los inmigrantes ilegales. «Es una catástrofe humanitaria», afirma ACNUR.
Imagen principal – Las mujeres serán las principales víctimas de la deportación masiva de inmigrantes.Imagen secundaria 1 – Las mujeres serán las principales víctimas de la deportación masiva de inmigrantes.Imagen secundaria 2 – Las mujeres serán las principales víctimas de la deportación masiva de inmigrantes.
Las mujeres serán las principales víctimas de la deportación masiva de inmigrantes. EFE/Reuters
Al otro lado de la frontera no les espera un buen recibimiento. Los grupos pro derechos humanos señalan que muchos han buscado asilo en Pakistán porque tenían buenas razones para huir de los talibanes por ejemplo, haber colaborado con el gobierno anterior, y los más críticos con la medida afirman que es anticonstitucional y que los afganos están siendo utilizados como cabeza de turco para tapar la incapacidad de los políticos para resolver los problemas que aquejan al país, desde los económicos hasta el aumento de la criminalidad.
De momento, los talibanes han prometido establecer campos temporales para proporcionar cobijo a los compatriotas que no encuentren uno y buscarles trabajo. Será difícil, porque el paro se ha duplicado desde que los integristas islámicos accedieron al poder, y este año podría llegar al 20%. Es una coyuntura en la que esta deportación masiva supone, para más de un millón y medio de personas, una condena a vivir en la pobreza y, en los casos más extremos, a penas de cárcel por colaboracionismo o activismo político. Además, no deja de ser irónico que países como Pakistán, a menudo muy críticos con el trato que Occidente dispensa a sus migrantes, acaben comportándose de esta forma con los que tienen dentro de sus fronteras. La cercanía cultural y religiosa en estos casos resultan indiferentes en esta doble vara de medir.
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