Entre 17 y 19 inmigrantes subsaharianos murieron a bordo de un cayuco que salió de Senegal con destino a las Islas Canarias y que tras pasar 13 días a la deriva en alta mar acabó siendo rescatado por una patrullera, según confirmaron ayer las autoridades mauritanas. La Cruz Roja y la Media Luna Roja no coincidieron ayer ni sobre el número de muertos ni sobre las causas del desastre. Según la primera organización, el motivo fue una explosión de una bombona de gas a bordo. Según la segunda, el motor de la embarcación se averió, dejándola a la deriva y provocando la muerte por hambre y sed de parte de sus ocupantes.
“En el cayuco viajaban 97 personas, según han relatado los supervivientes. Cuando la embarcación llegó a tierra, en su interior había cuatro inmigrantes subsaharianos en estado muy grave, que murieron a las pocas horas. A estos hay que sumar otros dos cadáveres que aún estaban en la embarcación. Los otros 11 fallecidos fueron arrojados por la borda durante la travesía”, explicó ayer a este diario Ahmedou u Uld Haye, miembro de la Media Luna Roja mauritana. Un portavoz de la Cruz Roja en el puerto mauritano de Nuadibú explicó en cambio que, según la información de que disponía, 16 personas murieron por una explosión de gas y posteriormente otras tres lo hicieron por deshidratación en el hospital.
Por un motivo u otro la embarcación se quedó a merced de las fuertes corrientes atlánticas y la fortuna quiso que tras una larga travesía las olas la llevasen de regreso al continente africano. Los supervivientes de la mortal travesía, que se encontraban “muy debilitados y al límite de sus fuerzas”, según Amhedou Uld Haye, fueron ingresados en el hospital de Nuadibú.
Senegal se ha convertido en los últimos meses en el país de partida de la gran mayoría de los cayucos cargados de inmigrantes que intentan alcanzar las costas del archipiélago canario. Los acuerdos de control de fronteras alcanzados por el Gobierno español con Marruecos y Mauritania aún no se han hecho extensivos a este país subsahariano, hecho que aprovechan las mafias.

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Sin ir más lejos, ayer llegaron a Tenerife dos nuevos cayucos con 157 inmigrantes en su interior. El primero, con 79 ocupantes, fue localizado en la tarde noche del jueves por un avión de la Armada española a unas 54 millas al suroeste de la Punta de Rasca, en el sur de Tenerife. A media mañana de ayer sus ocupantes fueron desembarcados en el Puerto de Los Cristianos, tras llegar al mismo escoltados por la patrullera de la Armada Vencedora. El segundo cayuco, con 78 inmigrantes subsaharianos, incluidos tres menores, llegó al mismo puerto tras ser localizada por un avión del Servicio Aéreo de Rescate (SAR) a unas 20 millas de la costa. En la isla de Gran Canaria, además, la Guardia Civil detuvo a un grupo de ocho inmigrantes marroquíes, siete de ellos menores, que deambulaban por la playa de Arinaga, en el sureste de la isla tras llegar en una patera.
Adán Martín, presidente del Gobierno de Canarias, aseguró que el archipiélago se encuentra “en alerta roja” ante la incesante llegada de pateras y cayucos procedentes del continente africano. Martín advirtió al Gobierno central y a la Unión Europea de que “el agujero” en la frontera sur de Europa “se está agrandando”. A su vez, alertó sobre la construcción de cayucos cada vez mayores. “Las mafias se organizan para poder venir de más lejos. Un barco con 30 o 35 metros es un señor barco. Hay noticias de que se están construyendo grandes cayucos”, aseguró el presidente autonómico.