19 senegaleses mueren al estallar una bombona de gas en el cayuco en que viajaban a Canarias

Ochenta personas sobrevivieron a una travesía de 20 días. Cuando los rescató la patrullera mauritana, habían tirado por la borda los cadáveres de 14 compañeros

El Correo, 12-08-2006

Diecinueve inmigrantes han muerto durante una penosa travesía de más de veinte días a bordo de un cayuco de madera en el que trataban de alcanzar las costas de Canarias. La tragedia se desató al explotar la bombona que llevaban a bordo para cocinar durante el viaje, después de que el viento y el fuerte oleaje provocaran un escape de gas y de la gasolina que transportaba la barcaza. El drama fue dado a conocer por la Gendarmería mauritana, que al principio atribuyó lo ocurrido al hambre y la sed que habían sufrido los ‘sin papeles’ después de quedar a la deriva y expuestos a las altas temperaturas. La embarcación fue interceptada por una patrullera y cuando fue trasladada a puerto, cuatro de los ocupantes fueron trasladados en pésimo estado de salud a un hospital donde murieron poco después.

La barcaza había partido desde Senegal con un centenar de personas a bordo rumbo al archipiélago canario. Según explicó el director de la policía de Nuadhibu, ciudad norteña donde acabó su viaje, los indocumentados parte del pasaje «bebió agua del mar para sobrevivir». Catorce cuerpos sin vida fueron arrojados al mar durante la travesía por otros ocupantes del cayuco, explicaron a la policía mauritana los supervivientes. Otros dos cadáveres fueron encontrados dentro el cayuco cuando era conducido a tierra el pasado miércoles, y tres más, que llegaron con vida, fallecieron poco después de ser ingresados en un hospital de Nuadhibu, tras ser desembarcados en pésimo estado de salud. Al principio, la Policía habló de dieciséis muertos, pero la Media Luna Roja mauritana elevó, finalmente, esa cifra a 19.

Un portavoz de la organización humanitaria explicó que la embarcación llegó a estar muy cerca de la costa canaria – de hecho, según su relato, habría sido detectada por el servicio español de vigilancia costera – , pero una avería en el motor la dejó a la deriva. Las olas la empujaron primero a Cabo Blanco, en el Sáhara Occidental, y después más al sur, hacia Mauritania. Su relato se hace eco también de la explosión ocurrida a bordo, al parecer a causa de un golpe de mar.

Goteo de extranjeros

Ayer continuó el goteo de extranjeros llegados a Canarias a pesar del despliegue de la agencia de la Unión Europea para el control de su frontera exterior (FRONTEX), que de momento no vigilará las costas de Senegal por no haber llegado aún a un acuerdo con las autoridades de ese país. A primera hora de la mañana, la Guardia Civil detuvo a ocho marroquíes, siete de ellos menores de edad, cuando deambulaban por la playa de Arinaga, al sureste de Gran Canaria. Cerca de la playa donde fueron detenidos fue hallada una embarcación, que podrían haber usado para llegar hasta allí.

La avalancha de inmigrantes clandestinos estaba, sin embargo, lejos de acabar. 158 personas llegaron a lo largo del día a Tenerife. Lo hicieron en dos pateras – la primera con 80 africanos, la segunda con 78 – , en aparente buen estado. El avión ‘Cisne’ del Servicio Aéreo de Rescate avistó otros dos cayucos rumbo a Canarias, uno a 125 millas del puerto de Maspalomas, en Gran Canaria, y otro a 80 millas de Punta Rasca, al sur de Tenerife, cuya llegada no se había producido al cierre de esta edición.

El jueves por la tarde, 103 inmigrantes fueron rescatados y llevados a tierra en el buque de Salvamento Marítimo ‘Punta Salinas’, que los localizó en una barcaza 80 millas al sur de Tenerife. Todos sus ocupantes eran subsaharianos, adultos y varones, y sólo uno precisó atención médica por sufrir una hipotermia. En total, ese día fueron 500 los inmigrantes irregulares que llegaron a Canarias procedentes del norte de África.

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