Europa ayuda

El Correo, 12-08-2006

La crónica sobre la continua llegada de inmigrantes irregulares subsaharianos a Canarias recogió ayer un nuevo capítulo terrible, el de la muerte de 19 personas por una explosión tras una penosa travesía de veinte días a bordo de un cayuco de madera. La noticia difundida por la Gendarmería de Mauritania coincidió con el despliegue del operativo de la Unión Europea (FRONTEX) para vigilar las salidas de las precarias embarcaciones y las rutas que siguen hasta el litoral español, que también es comunitario. El dispositivo debe ayudar a evitar la desaparición de tantas vidas en el mar con nuevos medios aéreos de vigilancia conectados con patrullas marítimas.

Al fin no han sido trece países, sino sólo tres – Italia, Portugal y Finlandia – los que han cumplido el compromiso adquirido hace dos meses de arrimar el hombro a la titánica labor que afronta España en aguas del Atlántico para frenar las oleadas de embarcaciones cargadas de africanos. Se limita también a cuatro el número de aeronaves y embarcaciones del dispositivo de la Agencia Europea de Control de Fronteras que vigilarán las aguas de Mauritania y Cabo Verde. Lamentablemente, por falta de acuerdo de la Comisión con Senegal quedan fuera del operativo las costas de este país, desde donde parte el mayor número de cayucos. Pero con todas esas limitaciones, el solo hecho de que nuestros socios de la UE hayan acordado un presupuesto y movilizado medios materiales para España supone la primera respuesta positiva a las peticiones y reclamaciones de compromisos que éste y el anterior Gobierno han planteado en Bruselas durante los últimos años. Una vez que se ha dado este primer paso hay que consolidar y multiplicar el acuerdo común en el control de unas fronteras que ya no son sólo españolas sino de los 25 socios.

Si el argumento de la dimensión europea del problema está suficientemente desarrollado, las circunstancias concretas de lo que está ocurriendo en los últimos meses abundan en la urgencia de establecer planes conjuntos en el seno de la UE. Pese a los esfuerzos de los gobiernos central y autonómico canario, en algún momento se hará insostenible el actual ritmo de llegada de ‘sin papeles’, con una media ahora de 300 diarios. Sólo en los primeros siete meses de este año son 15.500 los que han arribado a las costas canarias en embarcaciones de forma irregular. No se conoce la cifra de los que han dejado sus ilusiones en el fondo del Atlántico.

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