Editorial

EDITORIAL: REVÉS AL MULTICULTURALISMO

El Mundo, 12-08-2006

El Reino Unido continuaba ayer en máxima alerta a la espera de que el Gobierno confirmara si por esta vez se había conjurado la amenaza terrorista. Según se ha sabido en las últimas horas, los sospechosos recibieron de Pakistán la orden de lanzar el ataque en un plazo inminente.


A medida que avanzan las horas, se van sabiendo nuevos detalles acerca de los terroristas, cuya edad oscila entre los 17 y los 35 años. La mayoría son hijos de musulmanes que llegaron al Reino Unido hace décadas buscando una vida más próspera.


El pasaporte británico de los fallecidos vuelve a plantear una pregunta de difícil respuesta: cómo integrar a miles de musulmanes que tienen pasaporte occidental pero que simpatizan – y a veces colaboran – con los terroristas. Dos son las grandes respuestas que se han venido dando a esta pregunta. La primera es el asimilacionismo, adoptado en Francia, que – aun respetando las creencias de los inmigrantes – les obliga a asumir los valores occidentales. La segunda, el multiculturalismo, es de raíz británica y opta por dar libertad a los recién llegados, permitiéndoles mantener intactas sus costumbres siempre que no rebasen los límites de la ley.


Occidente – y especialmente Europa – se halla ahora en un callejón sin salida. Los violentos disturbios de París – atizados por jóvenes norteafricanos de los suburbios – desacreditaron el modelo francés. En cuanto al laxo modelo británico, saltó en pedazos tras el 7 – J y su fracaso ha vuelto a quedar en evidencia después de las últimas detenciones.


Es cierto que no todos los musulmanes británicos respaldan los ataques suicidas, pero sí son abrumadora mayoría los que desaprueban la intervención angloamericana contra Sadam y los que se han radicalizado en los últimos años persuadidos por los discursos incendiarios de algunos imames. Sin embargo, sería mezquino endosarle a la política de Bush y Blair una responsabilidad que es sólo de los terroristas y de quienes los apoyan. Como acertadamente afirma hoy en nuestras páginas el intelectual italiano de origen egipcio Magdi Allam, ni la retirada de Irak y Afganistán ni la creación del Estado palestino «lograrían librar a Occidente de la amenaza terrorista». Sólo si perfeccionamos nuestra seguridad ante estas amenazas y nos reafirmamos en nuestros valores podremos librar esta nueva y desasosegante guerra. Europa, no sólo el Reino Unido, debe pensar seriamente cómo integrar a una comunidad musulmana cada vez más encastillada en sus propios guetos.

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