C. N./CEUTA

Los barracones situados en el barrio del Sardinero, donde el pasado martes miembros de la Policía Nacional y Local detuvieron a más de 30 inmigrantes marroquíes y argelinos que no querían ser trasladados al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), fueron sellados «el mismo día en el que se desalojaron (los inmigrantes)» declaró la presidenta, Yolanda Bel.

Sin embargo este problema viene de lejos y han sido muchas veces las que los miembros de los Cuerpos de Seguridad del Estado han llevado a cabo desalojos en esta zona y otras tantas han sido las ocasiones en que se han llevado a cabo labores de limpieza, desinfección y sellado del lugar. Pero, a pesar de las medidas, la situación sigue siendo delicada y no se termina con el problema.

A este respecto Bel aclaró que «la Consejería de Fomento, competente en este ámbito, sigue negociando con los propietarios de los barracones» ya que estos son de titularidad privada, para acabar con esta cuestión y proceder a su demolición. Bel aseguró que siguen las negociaciones.

Oposición

Por su parte el principal partido de la oposición, PSOE, a través del diputado en la Asamblea, Sergio Moreno, ha criticado la labor del Gobierno en este caso ya que el cerramiento se ha vuelto a hacer «sin una limpieza exhaustiva».

Además, Moreno critica la tardanza en las gestiones para el derrumbamiento de los barracones ya que el equipo de gobierno «anunció hace varios meses que se acometerían las negociaciones» y una vez más la medida ha sido la de un nuevo cierre provisional.

Igualmente desde la oposición se ha tildado al ejecutivo de «irresponsable» ya que a su juicio «no esta haciendo cumplir la legislación en materia de urbanismo y salud pública creando un foco de insalubridad».

La situación de los operarios también ha sido denunciada por Sergio Moreno, ya que en este tipo de casos hay que trabajar con material de desinfección y un vestuario adecuado, «cosa que «no se esta haciendo».

Vecinos

Aún así, los mas afectados en el caso, los vecinos de la zona, se siguen quejando como ya lo hicieron ante el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, por la falta de higiene en el barrio, además de por la falta de seguridad, lo que impide que los residentes puedan vivir con tranquilidad.