Del Director. Con voluntad no vale ante la inmigración
Canarias 7, 10-08-2006Francisco Suárez Álamo
Las Palmas de Gran Canaria
El Partido Popular tiró se ayer a la yugular del presidente José Luis Rodríguez Zapatero y del ministro Juan Fernando López Aguilar, a cuenta de la nueva oleada de inmigrantes irregulares, que dejaron el domingo unos 300. Al mismo tiempo, el presidente Adán Martín se reunía con el Rey en Mallorca y, a la salida, advertía a los medios de comunicación de que este fenómeno, lejos de disminuir, se prolongará mientras dure el hambre en África que es estructural y el mar esté en calma que es coyuntural. El puzzle inmigratorio se completa con una pieza que hoy ofrece este periódico: la vigilancia del litoral está bajo mínimos, pues cuando no es una patrullera que se avería, son unos agentes de las Fuerzas de Seguridad que llevan más horas de trabajo de las que puede asumir un ser humano o es un navío que hay que desviar a Lanzarote para colaborar en las labores de vigilancia con motivo de las vacaciones del presidente.
No se trata de hacer demagogia y reclamar que Zapatero pase las vacaciones en otro lugar. Sabido es que la estancia del presidente en Lanzarote contribuye a promocionar esa Isla, y por extensión todo el Archipiélago, como destino vacacional. Sabido es, también, que en cuestión de seguridad siempre es preferible excederse a quedarse cortos. Pero sabido es también que cuando hay un aluvión de inmigrantes irregulares, es preciso contar con mecanismos de respuesta rápidos, flexibles y, sobre todo, con garantías de que puedan funcionar de manera óptima precisamente en el momento en que es preciso.
Más no se le puede pedir a la Guardia Civil. Sus agentes se están dejando el cuerpo y el alma en las labores de búsqueda de pateras y cayucos. Otro tanto cabe decir de quienes, en tierra, se ocupan de atender a los irregulares y tramitar sus expedientes administrativos. Esos méritos se multiplican en los casos de las mal llamadas islas menores, donde los medios son todavía más escasos y donde los hombres y mujeres de la Benemérita se las ingenian para hacer frente a las sucesivas oleadas de personas necesitadas de atención.
A quien sí se le puede reclamar mayor diligencia es a quienes, sentados en los ministerios, reparten los presupuestos y fijan las prioridades. Por si todavía alguno no tiene claro lo que supone la inmigración irregular, vale con tener presente un dato: Canarias ha recibido por vía marítima en lo que va de año tantos inmigrantes como toda Italia. Claro que Italia tiene un cuerpo de carabineros debidamente dotado. Nosotros tenemos a una Guardia Civil voluntariosa y poco más.
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