En los colegios electorales de Polonia, este domingo habrá dos tipos de papeletas diferentes. A la de los partidos políticos, se añadirá la de un referendo con cuatro preguntas, dos de ellas dedicadas a la cuestión migratoria. No obstante, no se espera que la consulta tenga consecuencias relevantes, pues su valor es más bien simbólico. La consulta es fruto de una estrategia del Gobierno, liderado por el partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS por sus siglas en polaco), para ayudarle a ganar las elecciones.

Y es que algunas de las medidas propuestas ya fueron aplicadas o bien todo el mundo sabe que no se aplicarán. Una de las cuestiones hace referencia a la construcción de una valla de cinco metros en la frontera bielorrusa impulsada por el Ejecutivo después de la crisis migratoria del 2021 desencadenada por el dictador Alexánder Lukashenko. Otra, la propuesta actual de plan migratorio pactado por la mayoría de Estados de la UE, y que incluye el reparto forzoso y equitativo entre los 27 de los migrantes que llegan irregularmente al territorio de la Unión. Los que se nieguen, deberán igualmente sufragar los costes.

El formulado tendencioso de la pregunta advierte a la población de que el acuerdo conllevará la «admisión de miles de migrantes ilegales de Oriente Medio y África». Precisamente, el veto polaco y húngaro evitó la aprobación del pacto en la reciente cumbre de Granada. Las otras dos preguntas abordan una hipotética subida de la edad de jubilación de los 65 años actuales a los 67 y la privatización de activos o empresas estatales, unas medidas que el Ejecutivo atribuye falsamente al principal candidato opositor, Donald Tusk, de ideología de centroderecha liberal.

Consulta absurda

«Es un referendo absurdo. ¿Por qué asustar con algo que nadie está proponiendo?», se preguntaba el columnista Tomasz Krzyzak en un reciente artículo en el diario Rceczpospolita. «Ningún partido lleva esas propuestas en el programa. Su única razón de ser es la intención del Gobierno de difundir la idea de que si gana la oposición el país recibirá una ola de migrantes», comenta el representante de una oenegé que proporciona ayuda a los migrantes y prefiere el anonimato.

La explotación de los miedos que suscita la migración en una parte de la sociedad polaca, muy homogénea y con una fuerte identidad católica, ya resultó decisiva en la victoria electoral del PiS en el 2015 , que le permitió recuperar el poder ocho años después. Ahora bien, la movilización del electorado más conservador no es la única motivación de Jaroslav Kaczynski, el maquiavélico líder del PiS, ya que la consulta ha permitido elevar el gasto en propaganda electoral. Según datos oficiales, el partido gobernante ha gastado más fondos en propaganda en internet que el conjunto de la oposición.

Ahora bien, la indudable victoria en el referendo de las posiciones apadrinadas por el Gobierno podría no ser suficiente. Para que sea vinculante, la participación debe superar el 50 %. Con el objetivo de no rebasar este umbral, varios partidos de la oposición y oenegés de la sociedad civil están haciendo campaña a favor del boicot a la consulta. «No votéis en el referendo… No basta con hacer un voto nulo, porque aún contaría para la participación», advierte en un comunicado la oenegé Fundacja Ocalenie dedicada a proporcionar ayuda a los migrantes.