«No hay posibilidad de salir de Gaza»: la agencia para los refugiados palestinos alerta de que «la población está expuesta»
ABC, , 13-10-2023La cuenta atrás es oficial, Israel da un ultimátum de 24 horas para que la población abandone el norte de Gaza y lanzar entonces una ofensiva por tierra que no tiene precedentes. Una decisión que le ha valido que la ONU lo acuse de llevar a la población al «abismo». Un panorama inédito se abre para los civiles, y la realidad es que no hay hacia donde huir mientras el reloj sigue corriendo. Tenemos un lugar sitiado física y psicológicamente, en el que nos comentan que el margen de maniobra es reducido o inexistente.
Raquel Martí, directora de UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los refugiados de Palestina) Comité Español, nos da una radiografía de este preciso momento, pero antes apunta que a lo largo de todo el año Gaza ya ha sufrido más de una treintena de incursiones militares. El grado de tensión y de violencia es continua.
Y ahora, pese al aviso de Israel, Martí nos confirma que es prácticamente imposible realizar esta movilización. Hay 2.200.000 personas viviendo en un espacio tan reducido como la isla de la Gomera, y ahora se está pidiendo a la mitad de la población que se desplace a la otra mitad de la franja de Gaza, «donde no hay agua, ni electricidad, ni refugios antiaéreos, y donde hay muy pocas escuelas de Naciones Unidas para protegerlos», afirma Martí.
Y matiza que pese a que los medios digan una y otra vez ‘evacuación’, se equivocan. Evacuación es trasladar a personas para ponerlas a salvo y no hay forma de hacerlo en este caso. En resumen, «no hay ninguna posibilidad de salir de Gaza, y el resultado es una población absolutamente expuesta» indica.
¿Qué tenemos ahora?
En la situación actual no hay capacidad para desplazar a un millón cien mil personas de esta zona y llevarlas al sur. Los pocos afortunados que tienen coche se encuentran carreteras colapsadas. Lo que puede hacer la mayor parte de las familias es alojarse todas juntas, y muchas de ellas son personas enfermas con discapacidad, bebés o niños. Y a ellos les resulta imposible moverse en estas condiciones. A esto se añade que el paso de Rafah de Egipto es un cruce fronterizo muy pequeño que si estuviese operativo solo permitiría cruzar unas mil personas diarias.
Al mismo tiempo, el hospital de Al-Shifa, que es el más grande de la zona en Gaza, tiene aproximadamente unas 6.000 personas entre enfermos, muchos conectados a máquinas vitales para su salud. Además de los heridos y una unidad de cuidados intensivos llena. Y a esto se une que antes del anuncio de Israel, ya había más de 420.000 personas desplazadas, porque han perdido sus hogares o han huido de las zonas donde viven.
«UNRWA ahora mismo está alojando a 270.000 personas en 102 escuelas. Y ayer ya estábamos anunciando que no teníamos suministros para poder atender a todas esas personas. Queda ayuda para 11 días», apunta Martí. Es un auténtico caos con una población en pánico, con crisis de ansiedad o en estado de shock.
Y en este panorama se están bombardeando edificios colindantes a las escuelas de UNRWA, y una de ellas ha recibido un impacto directo de un misil de Israel. Se supone que sus instalaciones son inviolables y deberían de ser sitios seguros para la población civil de Gaza. Además, Israel está informado de cada una de las instalaciones que tiene UNRWA para precisamente evitar este tipo de accidentes. Pero a la luz de todo esto se concluye que no hay un sitio verdaderamente seguro en Gaza.
Mirando de cerca
La mayoría de las personas que llegan a los centros de UNRWA son mujeres niños, ancianos y personas con discapacidad. Esa es la inmensa mayoría. Ahora mismo, de los 6.600 heridos, Martí señala que 2.600 son niños y mujeres, y el resto son varones. La cifra de hombres en este cálculo es tan alta porque son ellos los que salen a las calles a buscar agua y alimentos, con lo cual están más expuestos a los ataques. Y son también los que van a rescatar a los heridos, con lo cual son los que están más expuestos, mientras que las mujeres con los niños permanecen siempre en sus hogares o en los centros de UNRWA. Y ya hay 500 niños muertos.
Además en Gaza, hay familias que pueden tener hasta diez niños. Martí describe un cuadro donde madres y padres pierden la capacidad de serlo y se sienten absolutamente impotentes. «Imagínense tener en casa a ocho niños absolutamente traumatizados, cada uno con un trauma y con unas consecuencias diferentes, y que tú misma estás traumatizada y te sientes incapaz de atenderlos. Cuando haya un alto el fuego empezaremos a reconstruir infraestructuras, pero la reconstrucción de esas personas es prácticamente imposible», describe Martí
Entre todo esto, a Martí hay un dato que nos explica que le sigue impactando. Los bebés no quieren mamar por el estrés de la situación. Ha conocido a niños a los que se les ha caído el pelo, que se hacen pis por la noche en las camas cuando escuchan un ruido se ponen a gritar.
UNRWA lleva operando en esta zona desde los años 50, ha vivido todas las incursiones de Israel en el territorio. Incluso encontró un túnel subterráneo excavado por los terroristas debajo de una de sus escuelas. Y Martí destaca que la ofensiva militar más cruenta por la que han pasado fue la del 2014, después de cincuenta días de ofensiva militar israelí. Hubo 2.250 personas muertas, de ellas 550 eran niños. Se registraron más de 11.000 heridos, medio millón de desplazados y unas 160.000 casas destruidas o dañadas. «Estos son los datos más escalofriantes que tenemos. Y la situación actual en número de muertos, heridos y destrucción está escalando más rápido que en 2014». establece Martí.
«Un lugar no habitable» con una rutina única
Entendamos también las matemáticas que hay detrás. Antes del 2007, UNRWA distribuía alimentos a 60.000 personas, en la actualidad es a 1.200.000. Y esto es solo esta organización, el Programa Mundial de Alimentos también ayuda a unas 600.000 personas dentro de la franja de Gaza. Con lo cual podemos decir que de una población de 2.200.000 personas, 1.800.000 dependen única y exclusivamente de la ayuda humanitaria. Esto es un desastre y por eso la ONU ya avisó en 2014 que Gaza sería un lugar donde no sería posible vivir para 2020.
Martí desgrana por qué el aviso que hizo la ONU fue certero y no simplemente alarmista. Entre otras cosas, el acuífero de Gaza está contaminado en un 95%. Solamente hay un 5% de su capacidad con agua potable para más de dos millones de personas. Y si no tienes dinero para comprar agua embotellada la población bebe agua del grifo contaminada. Eso conduce a muertes de infantes y a graves problemas gastrointestinales.
«Me gustaría subrayar que un niño de 16 años en la franja de Gaza ya ha sobrevivido a 7 ofensivas militares en los últimos años. Y lo único que les llega del exterior son los bombardeos aéreos y el fuego de artillería por tierra y por mar», destaca. Los palestinos, en general, son una población muy formada, muchos hacen carreras universitarias consiguiendo expedientes brillantes, pero no pueden salir ni ejercer. Y esto genera que los porcentajes de suicidios entre adultos y niños sean preocupantemente elevado.
En cuanto a las acusaciones dirigidas a Israel por el supuesto uso de fósforo blanco en los bombardeos a Gaza, cuyo uso es ilegal desde 1997, es algo que ellos no pueden confirmar ni desmentir, ya que no son expertos en armas químicas. Pero Martí nos comenta que en informes de Naciones Unidas de 2008 se confirmó el uso de fósforo blanco. «Incluso llegó a caer en nuestros almacenes centrales. El fósforo blanco no se puede apagar con agua, sino con una especie de polvo preparado en seco. Los almacenes se incendiaron y se perdió toda la ayuda humanitaria».
Al borde de la quiebra en todos los sentidos
El balance de afectados no solo se limita a la población de Gaza, del equipo de UNRWA ya han muerto 12 personas, y 23 trabajadores humanitarios de las Naciones Unidas. Y sus capacidades para seguir ayudando son limitadas. Lo cierto es que UNRWA está al borde la quiebra. No tiene fondos en sus cuentas bancarias para poder continuar sus operaciones. Han comparecido en la Asamblea General de Naciones Unidas para informar que no quedaría dinero para finales de octubre.
«A partir de ese momento no sabemos cómo vamos a continuar. Necesitaríamos unos 100 millones de euros, y no estamos hablando de reconstrucción. Estamos hablando única y exclusivamente de ayuda de emergencia para poder mantener a salvo durante 90 días a medio millón de personas», indica la experta de UNRWA.
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