El mayor cayuco visto hasta ahora llega a la menor de las islas canarias con 171 africanos

ABC, 10-08-2006

E. CALVO/B. SAGASTUME

LAS PALMAS/SANTA CRUZ. El ingenio de los inmigrantes que tratan de alcanzar a la desesperada el Archipiélago canario no deja de superarse. Un «super cayuco», el más grande de los que han arribado hasta ahora, llegó ayer a la más pequeña y alejada de las Islas, El Hierro. Sus 171 ocupantes, también la más alta cifra registrada en número de pasajeros, se repartían entre los 37 metros de eslora de la embarcación, algo superior a las patrulleras de la Guardia Civil, que rondan los 30.

Localizada por un avión del Servicio Aéreo de Rescate, fue escoltada hasta la isla por una patrullera de la Armada y la Salvamar «La Palma». A pesar de que relataron haber salido de Senegal hace doce días, sólo dos de los inmigrantes tuvieron que ser hospitalizados, por deshidratación e hipotermia. Se prevé derivar este grupo al centro de internamiento provisional de Las Raíces, en Tenerife, y mientras están alojados en la delegación insular del Gobierno, un polideportivo y unas dependencias de la Policía Local.

Otra embarcación «tipo patera», de dimensiones mucho más reducidas, llegó a Gran Canaria con catorce marroquíes, entre los que viajaba una mujer. Además, ayer proseguía la búsqueda de los ocupantes de otra, que el martes dejó algo más de una decena de magrebíes en Lanzarote; según fuentes de la Guardia Civil han detenido a cinco, aunque el resto, que consiguió huir, sigue desaparecido. Se esperaba también la llegada de otros dos cayucos a Tenerife en la madrugada de hoy, aunque se desconocía el número de ocupantes.

«Una patrullera menos»

Agentes de la Guardia Civil en la provincia de Las Palmas informaron ayer de que una de las seis patrulleras con que cuenta Canarias «ha sufrido una avería». Según las mismas fuentes, se trata de la «Río Gallo» que se destinó a «distintos servicios para el presidente Zapatero». La embarcación «sufrió una vía de agua el martes al atracar en el Muelle de Órzola, cuando el jefe del Ejecutivo y su familia se disponían a visitar la pequeña isla de La Graciosa, próxima a Lanzarote».

Tras esta incidencia, sólo quedan cinco patrulleras, con el agravante de que una de ellas está a punto de pasar revisión, según confirmaron. Estas críticas se unen a las de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (Augc), que días atrás reiteraba la necesidad de incrementar tanto los medios humanos como los materiales para hacer frente a la inmigración clandestina en las costas isleñas.

«Algunos vienen a estudiar»

Las autoridades canarias recibieron ayer al líder religioso senegalés Mouhamadou Mansour Barro, que visitó un centro en Tegueste (Tenerife) donde se aloja a 60 menores africanos y que, tras conversar con ellos, supo que «algunos, los que tienen menos de 16 años, se arriesgan a cruzar el mar porque quieren estudiar en Europa». Del mismo modo, dijo que los que superan esa edad viajan sólo guiados por el interés de encontrar un trabajo.

Mansour, que es marabout – guía espiritual – de la hermandad musulmana Tijani, les preguntó a los más pequeños qué medio habían usado para llegar a Canarias y, ante la respuesta de que había sido en cayuco, les dijo que «la forma que habían empleado no es la adecuada», porque arriesgan sus vidas y porque «no es la que quiere Senegal ni España».

En el centro provisional de menores de Tegueste hay no sólo senegaleses – aunque son mayoría – , sino también menores de Malí, Guinea, Costa de Marfil y Gambia. Sobre las condiciones en que se encuentran, el marabout dijo que «es mejor que en sus propios países», pero que, como jefe religioso, hablará «para convencer a la gente de que no tiene que venir de la manera en que lo están haciendo».

Mansour se mostró en favor de «una inmigración regulada, encaminada desde los países de origen, para que las personas no mueran más en alta mar», en referencia a los cerca de 50 inmigrantes clandestinos que en los últimos dos meses perdieron la vida tratando de alcanzar las costas canarias. Por ello, abogó por que se otorguen permisos de trabajo temporal, a través de «convenios entre España y los países africanos que permitirían a las personas venir con un contrato en la mano, entrar de manera regular y poder volver a los países de origen, dando oportunidad a otros». Si se aplicase, cree que «las personas ya inscritas no se arriesgarían a viajar de manera clandestina, por miedo a perder el visado que están tramitando».

En lo que va de año ya son 14.912 los africanos que han alcanzado las costas canarias. Más de 8.000 han sido derivados a la Península y menos de 500 fueron devueltos a sus países de origen. Esta semana iban a retomarse las repatriaciones con un vuelo a Malí que fue finalmente suspendido, según informaron fuentes de Sindicato Unificado de Policía.
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