La Administración de EEUU está lista para presentar su primera acción en respuesta a los acontecimientos que desde hace más de una semana se producen en Cuba. En los próximos días, se harán públicos cambios en la política de inmigración que afecta a la isla, transformaciones que se han gestado en los últimos meses pero con las que Washington intenta ahora evitar un éxodo masivo desde su vecino del sur y apoyar una inmigración controlada. Aunque los cambios no son oficiales aún, han sido avanzados por fuentes de la Administración y por grupos como la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), que en los últimos días ha intensificado sus contactos con la Casa Blanca y el Departamento de Seguridad Interior, responsable de la agencia de inmigración.
Uno de los elementos clave de la nueva política será el aumento del número de visados que EEUU concede a los cubanos en su Oficina de Intereses en La Habana. Actualmente se emiten 22.000 al año y la cifra podría aumentar en varios miles. Según explicó a este diario Camila Ruiz, directora de política de la FNCA, ese era uno de los cambios que había sugerido su grupo, que también ha solicitado a la Administración que permita a las personas con familiares en Cuba tramitar en EEUU los visados para la reagrupación familiar sin tener que esperar a que el solicitante realice los trámites en Cuba, donde actualmente hay 10.000 personas en espera. “El objetivo es facilitar ese proceso para que los cubanos no se lancen en su desesperación al mar” dijo Ruiz.

CAMBIOS DRÁSTICOS
Aunque actualmente un millar de cubanos intentan alcanzar las costas de Florida por mar cada año, en Washington late el recuerdo de 1980, cuando 125.000 personas salieron por mar de la isla, y el de 1994, cuando lo hicieron 40.000. “Siempre ha habido miedo de que vuelva a pasar algo así, pero ahora la Casa Blanca sabe que, de un momento a otro, puede ocurrir un cambio drástico”, explicaba Ruiz. Ese innegable temor explica mensajes como el que lanzó el martes una fuente de la Administración: “Queremos que los cubanos entiendan que no hay absolutamente ningún cambio en nuestra política de interceptar y repatriar”.
Es una política que cuestionan muchos en Miami, como Willy Sánchez, abogado especializado en inmigración que trabaja con Movimiento Democracia. “Entre las medidas falta un trato más justo a los interceptados en alta mar. El 95% son retornados y sabemos que son mucho más que un 5% los que tendrían un buen caso para conseguir el asilo”, declaró a EL PERIÓDICO.
El nuevo plan de inmigración, que podría ser hecho público por Emilio González – – un exiliado cubano que dirige los Servicios de Ciudadanía e Inmigración – – , puede incluir medidas para hacer más fácil que soliciten asilo los médicos cubanos que trabajan en terceros países y la opción de negar la entrada o deportar a los cubanos que, según Washington, hayan cometido abusos de los derechos humanos.
Tony Snow, portavoz de la Casa Blanca, ha reconocido la existencia de los “borradores”, a uno de los cuales tuvo acceso Associated Press. “Las medidas promueven una inmigración legal y en orden a la vez que apoyan al pueblo cubano en sus aspiraciones de una sociedad libre y prospera”, dice el documento.