Dilan Yesilgöz-Zegerius, la niña refugiada que pide mano dura contra la inmigración en Países Bajos
La política de origen turco-kurdo encabeza la lista de los liberales neerlandeses y coquetea con la extrema derecha a un mes de las elecciones, con la aspiración de sustituir a Mark Rutte
Diario Vasco, , 02-10-2023La caída del Gobierno neerlandés en julio y el anuncio de la retirada de la política de Mark Rutte tras 13 años en el poder, ha dejado en el aire el futuro político de Países Bajos. A solo un mes de las elecciones holandesas, la liberal Dilan Yesilgöz-Zegerius ha sucedido al político al frente del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD) y podría convertirse en la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra del país.
De origen turco-kurdo, llegó a Países Bajos como refugiada cuando tenía ocho años y fue ministra de Justicia del último Ejecutivo de Rutte. Es conocida por su faceta mediática y televisiva –ha participado en numerosos ‘talk shows’, incluso antes de ser diputada– y, en el ámbito político, por su propuesta para limitar la reagrupación familiar de los solicitantes de asilo, la misma medida de la que se benefició siendo una niña.
La candidata a primera ministra, cuya campaña se centra en el lema ‘Libertad y seguridad’, nació en Ankara en 1977. Su padre, sindicalista kurdo de izquierda, tuvo que escapar del país después del golpe de Estado de 1980 y buscó refugio en Países Bajos. Cuatro años después le seguiría el resto de la familia, su mujer y sus dos hijas, que consiguieron el estatus de refugiadas en el país y se afincaron en Amersfoort, una localidad a 30 kilómetros de Ámsterdam.
Antes de decantarse por la política, estudió Ciencias Sociales en la Universidad Libre de Ámsterdam y un máster en Organización y Gestión Cultural. Militó en el Partido Socialista neerlandés y también pasó por el grupo de los verdes, antes de encontrar su lugar entre los liberales del VVD en 2014. Años después, Yesilgöz explicó que no encontró su lugar en las formaciones de izquierdas porque había «un ambiente parternalista», donde «todo se centraba en mi origen». «Creo en el poder del individuo y en su responsabilidad, algo que no encontré en la izquierda. (…) Mis padres lucharon por las libertades, los Derechos Humanos y por la posibilidad que tiene cada persona de hacer algo. Eso es el liberalismo para mí», aseguró.
Estrella de la televisión
Antes incluso de llegar a ser diputada en 2017, se convirtió en una figura mediática por acudir a decenas de programas de televisión. En uno de esos ‘talk shows’ se metió al público en el bolsillo mostrando el bolso Louis Vuitton de su abuela y relatando la travesía de su familia huyendo de Turquía hacia la isla griega de Kos en un bote destartalado. En otra de las emisiones se cortó un mechón de pelo en directo para apoyar las reivindicaciones de las mujeres en Irán.
Su discurso antiinmigración, en línea con la postura que defienden los del VVD, y su lucha contra la delincuencia y el narcotráfico, le han valido el sobrenombre de ‘pitbull con tacones’. Defiende los derechos del colectivo LGTBI de forma activa, tanto en su vida política como en sus redes sociales.
Durante su periodo como ministra de Justicia del Ejecutivo de Rutte, propuso limitar a 200 personas al mes la reunificación familiar de los refugiados de guerra en Países Bajos, con una lista de espera de dos años, argumentando el problema de escasez de vivienda que tiene el país. Esta medida fue la grieta definitiva en la coalición de centro-derecha que precipitó la caída del Gobierno neerlandés en julio por «diferencias insalvables» entre sus socios.
Guiños a la ultraderecha
Cuando apenas queda un mes para los comicios generales, la prensa neerlandesa se hace eco de los ‘coqueteos’ de la candidata del VVD con la formación nacionalista y de extrema derecha Partido por la Libertad (PVV), que defiende la prohibición de construir mezquitas en el país, el cierre de todas las escuelas islámicas y la abolición de la doble nacionalidad (que la política turco-neerlandesa posee).
«La puerta para cooperar con ellos ya no está cerrada para Yesilgöz», apunta el diario ‘De Telegraaf’. Recientemente, preguntada por futuros pactos políticos, la exministra de Justicia ha asegurado que «juzgaré a los líderes del partido en función de sus propuestas», apuntó. Su estrategia no sería otra que tratar de captar votos de la extrema derecha y de aquellos recelosos por votar a una mujer de origen turco y con doble nacionalidad.
El guiño al PVV también tiene que ver con la polarización del panorama político del país. Y es que el próximo gobierno neerlandés necesitará de una coalición de tres o más partidos para mantenerse en el poder. Por el momento, todo indica que Yesilgöz mirará más a la derecha que a la izquierda en busca de esos apoyos. De pactar con el PVV, rompería la línea marcada por el primer ministro Rutte, que mantuvo la puerta cerrada al partido hasta que su líder, Greet Wilders, se retractó de su lema «menos marroquíes».
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