Registra la Organización Cultural de Reyes y Reinas Latinos, que podrá recibir subvenciones, y Los Ñetas estudian seguir este mismo camino Está inscrita con el número 32929/1, pero se puede localizar en la guía de entidades de la Generalitat de Cataluña, en el apartado de asociaciones culturales, con el nombre de Organización Cultural de Reyes y Reinas Latinos de Cataluña. Con este nombre, la Administración catalana ha legalizado la primera organización explícitamente relacionada con la banda latina de los Latin Kings en lo que supone el primer paso para la integración de otros grupos similares que han tenido tradicionalmente comportamientos antisociales e incluso delictivos.

Esta información, publicada ayer en El Periódico de Catalunya, la confirmó el Departamento de Justicia. La Dirección General de Derechos y Entidades Jurídicas de la Generalitat aprobó la inscripción de la asociación el 31 de julio pasado, después de estudiar sus estatutos durante casi tres meses.

En Madrid, por el contrario, el Juzgado de Instrucción de la localidad de Collado Villalba decidió el mismo mes seguir adelante con una causa que tiene abierta contra 14 miembros de los Latin Kings, entre ellos Eric Javier Velástegui, su supuesto fundador. Están acusados de asociación ilícita y coacciones, entre otros delitos.

La asociación catalana fue constituida el 7 de mayo sobre tres ejes fundamentales, según las fuentes consultadas por EL MUNDO: el fomento de las relaciones interculturales, la promoción de la educación en valores de defensa de los Derechos Humanos y de los derechos de los ciudadanos, y el favorecimiento de la participación de los jóvenes de cualquier nacionalidad en actividades de formación profesional y cultural, social y deportiva.

Esas fuentes señalaron ayer que la legalización ha sido el fruto de una larga negociación y que esperan el «acuse de recibo» de la asociación para dar por notificada su inscripción registral.

La iniciativa es el resultado de un largo proceso de pacificación e integración social de las bandas latinas y busca repetir la exitosa experiencia norteamericana. Ya es un referente para ciudades como Génova (Italia) o Quito (Perú). La banda de Los Ñetas podría seguir sus pasos.

Joan Sala, presidente de la Asociación de Mediadores de Cataluña, valoró ayer la conveniencia de trasladar esta experiencia a otras ciudades españolas.

Desde noviembre de 2004, el Ayuntamiento de Barcelona había intentado que ese grupo diera el paso de convertirse en una entidad legal. Tras conocer la experiencia de Nueva York y contactar con los líderes de los Latin Kings, el Consistorio tuteló el proceso y asesoró al grupo en la redacción de sus estatutos.

Cuando comiencen a desarrollar sus actividades, la asociación podría beneficiarse de subvenciones públicas si reúne los requisitos para ello. Además, si alguno de sus integrantes cometiera un acto delictivo o ilícito debería demostrarse su relación grupal para que el juez pudiera iniciar un proceso de ilegalización de la organización.

Los Mossos d’Esquadra han reaccionado con «prudencia» ante esta noticia de que ha sido legalizada esta asociación vinculada a los Latin Kings. Fuentes del aérea de Análisis Estratégica de este Cuerpo advirtieron ayer de que, pese a este paso por la legalización de las bandas latinas, seguirá existiendo un grupo en la Policía autonómica que estudie el comportamiento y haga el seguimiento de este colectivo.

En la Policía catalana han acogido favorablemente la constitución de la Organización Cultural de Reyes y Reinas Latinas de Cataluña porque dicen que toda iniciativa que aleje a los jóvenes de las acciones delictivas es buena.

El alcalde accidental de Barcelona, Jordi Portabella, alabó el «espíritu» de estos jóvenes que se han constituido en asociación legal, en un proceso que ha tenido el respaldo del Ayuntamiento, y la «valentía» de aquéllos que han apostado por dar este paso social para «no automarginarse».

Apuntó que la iniciativa pretende «reconducir» las actividades de estos agrupaciones espontáneas «sin que pierdan su identidad», ya que muchas veces los jóvenes que las forman «no saben cómo canalizar sus inquietudes».