ALCALA DE HENARES

Un joven muere tras recibir un puñetazo cuando intentaba mediar en una reyerta

El Mundo, 10-08-2006

Dumitru Munteanu, un joven de nacionalidad rumana de 22 años, falleció el pasado martes como consecuencia de las heridas sufridas la madrugada del domingo en la calle de Cuba, situada en un polígono industrial de Alcalá de Henares. Esa noche, Dimitru intentó evitar que dos amigos suyos se pelearan. Pero en el lugar había otras tres personas, una de las cuales no vio con buenos ojos tal mediación y pegó a Dumitru. El puñetazo hizo que cayera al suelo golpeándose la nuca.


Eran las 5.00 horas del domingo. Dumitru había acudido esa noche a una discoteca situada entre los polígonos de la carretera de Daganzo, en plena M – 100, a las afueras de Alcalá de Henares.El joven fallecido iba acompañado de su novia y de un amigo de ambos. Cuando se acabaron las ganas de bailar, decidieron irse a a sus casas, pero en la calle de Cuba, perteneciente al polígono Carretera de Daganzo, les esperaban cuatro personas.


Se trata de una pequeña calle que forma un semicírculo con la calle de Brasil. Mientras en la parte interior hay tres carpas, en la zona exterior sólo hay cinco farolas. Tras ellas sólo hay un estrecho camino que da a una especie de subestación abandonada ocupada por personas de etnia gitana. Todo lo demás son matorrales secos que llegan hasta donde se pierde la vista. Era el lugar perfecto para una reyerta.


Al parecer, una de las cuatro personas que esperaban apostadas en la calle de Cuba había discutido poco antes con el amigo de Dumitru y su novia. Y ahora quería ajustar cuentas. Pero la fatídica casualidad hizo que Dumitru lo conociera. Fue por eso que cuando los dos jóvenes se encararon, Dumitru se interpuso entre ambos para apaciguar los ánimos, empujándolos levemente.


Malentendido


Pero ese movimiento fue entendido por las otras tres personas como un ataque y uno de ellos no dudó en responder atacando al joven fallecido. Se oyó un golpe seco. Era el impacto de la cabeza de Dumitru contra el suelo. Un puñetazo en la cara le había hecho caer de espaldas, dañándose la nuca. Dumitru ya no se levantó ni contestó.


Viendo lo que había pasado, el grupo del agresor decidió trasladar al herido hasta el hospital Príncipe de Asturias. Pero cuando les preguntaron qué había pasado, mintieron. «Se ha caído, ha sido un accidente», dijeron. Así llegó a los oídos de la madre del joven, hasta que Dumitru entró en coma. En ese momento, la novia y el amigo con el que la víctima había salido de marcha, decidieron contarle la verdad a la madre.


Fue ella quien a las 15.53 horas del lunes acudió a una comisaría de Alcalá a denunciar que su hijo no había sufrido un accidente.Hecha la denuncia la mujer acudió al hospital de la Princesa, donde había sido trasladado su hijo, y no se separó de su lado hasta que aceptó, a petición de los médicos del centro, que Dumitru fuera desconectado de las máquinas que lo mantenían con vida.Sufría muerte cerebral. Sus órganos fueron donados por orden materna.


Horas después, a las cinco y media de ayer, el cuerpo del joven llegaba al tanatorio del Cementerio Jardín. Poco a poco, su familiares fueron entrando en la sala 1, situada junto a un bucólico jardín.Su madre, la novia y el amigo común fueron los primeros en llegar.


Estaban rotos de dolor. Casi no podían hablar. «No quiero que se diga que es cosa de rumanos buenos y malos, pero mi hijo era muy noble, incapaz de hacer daño», sollozaba la madre. La novia, por su parte, no quería hablar por miedo, y no olvida que después de ser golpeado su novio, a ella no pararon de insultarla por intentar defenderlo.


Junto a los familiares, llegaron un buen número de amigos y conocidos del joven. Todos destacaban lo inexplicable de su muerte mientras portaban un ramo de flores o unas velas. Dumitru será enterrado hoy en ese mismo cementerio.

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