Casi la mitad de la población de Nagorno Karabaj huye a Armenia

Europa y Estados Unidos reclaman observadores internacionales en el enclave para «dar confianza y tranquilizar» a los residentes

Diario Vasco, Rafael M. Mañueco Corresponsal. Moscú, 28-09-2023

El Gobierno de Azerbaiyán sigue insistiendo en que los armenios de Nagorno Karabaj que quieran quedarse podrán hacerlo y sus derechos serán garantizados aunque ya dentro del Estado azerbaiyano. Pero, pese a tales promesas, los karabajíes no se fían, temen posibles represalias y su éxodo hacia la vecina Armenia continúa por cuarto día consecutivo. Según la portavoz del Ejecutivo de Ereván, Nazeli Bagdasarián, «a las dos de la tarde del miércoles son ya 50.000 los desplazados forzosos» llegados a su territorio procedentes del disputado enclave, en donde había 120.000 habitantes. La semana pasada, el primer ministro del país, Nikol Pashinián, afirmó que se preparaban para recibir a 40.000 refugiados.

Los canales de Telegram publican fotografías de satélite de los accesos al corredor de Lachín, que une el enclave con Armenia en dirección a la ciudad de Goris, con una fila interminable de vehículos atrapados en el atasco generado por las comprobaciones de las fuerzas de seguridad de Azerbaiyán. Esta vigilancia ha permitido a la Policía azerbaiyana constatar que entre los refugiados que atravesaban la frontera se encontraba el hombre de negocios y antiguo dirigente separatista de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj, Rubén Vardanián, a quien arrestaron de inmediato.
Este tipo de actuaciones, más allá de las responsabilidades penales que se le puedan imputar a Vardanián, no contribuyen a crear un clima de confianza hacia las autoridades de Bakú. Su esposa, Verónica Zonabend, en declaraciones al diario ruso ‘Kommersant’, dijo que su marido «fue arrestado por fuerzas de Azerbaiyán en la frontera mientras intentaba salir de Artsaj (Nagorno-Karabaj) junto con miles de otros armenios que huían de la ocupación azerbaiyana». En 2022, el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, le privó de la nacionalidad rusa y después viajó al enclave, donde fue nombrado primer ministro de la Administración separatista.

Ya sin Vardanián, la caravana de coches, autobuses, camiones y hasta tractores continuó avanzando hasta Goris, ciudad ya irreconocible por la cantidad de gente recién llegada. Según testigos presenciales, la mayor parte de los refugiados duerme en sus vehículos y a muchos se les han terminado los alimentos que cogieron para el viaje. Algunos se dirigen después a Ereván, la capital armenia, o a otras ciudades del país, en donde cuentan con familiares, pero muchos no tienen a dónde ir. Aunque el viceministro de Administración Territorial de Armenia, Ovannes Arutiunián, aseguró el martes que el Gobierno dispone de recursos suficientes para hacer frente a la avalancha de desplazados, lo cierto es que por el momento ha podido encontrar alojamiento solamente para unas 3.000 personas.

El Gobierno de Ereván sólo ha podido dar alojamiento por ahora a unos 3.000 de los 50.000 refugiados recibidos
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, según su portavoz, Matthew Miller, se ha dirigido al líder azerbaiyano, Ilham Alíyev, con el fin de que «permita la llegada de una misión internacional de observadores a Nagorno Karabaj». Le insta también a comprometerse a conceder «una amplia amnistía» y a materializar «sus compromisos públicos como presidente de ayudar a construir un futuro para todos los habitantes de paz, concordia y respeto mutuo». Miller ya anunció el martes que Washington pedirá el envío al enclave de una misión internacional para «tranquilizar y dar confianza a los residentes» en la zona de que «sus derechos y seguridad serán protegidos de forma congruente con lo prometido en las declaraciones hechas por Azerbaiyán».

Incidente sin resolver
También la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, exigió el envío urgente de una misión internacional al enclave. Según sus palabras, «autorizar la entrada de observadores internacionales sería una prueba de confianza de que Azerbaiyán toma en serio sus compromisos con la seguridad y el bienestar del pueblo de Nagorno Karabaj (…) junto a nuestros socios estamos trabajando a fondo para enviar observadores lo antes posible». La política germana enfatizó que los karabajíes «deben poder permanecer en sus casas y su país sin miedo, en paz y dignamente, pero miles de ellos temen tanto por sus vidas que no ven otra opción que escapar a Armenia».

Por otro lado, aún se desconoce qué causó la explosión en un depósito de combustible cerca de Stepanakert, la capital karabají, el pasado lunes por la tarde. Los cuerpos de las 125 personas que perecieron en el siniestro fueron llevados a Armenia. Hay además decenas de desaparecidos y casi 300 heridos. El gran número de víctimas se explica por el hecho de que en el momento de la deflagración había una enorme cola de automóviles que querían repostar para salir del enclave.

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