Hace unos días la irundarra Malen Garmendia recibió el premio a la iniciativa social en la Gala Inspira Gazteak. Estos galardones promovidos por Kutxa Fundazioa reconocen la trayectoria vital de jóvenes del territorio que destacan por su compromiso con la sociedad, medio ambiente, innovación educativa y la creación y promoción del conocimiento.

Malen Garmendia, tras recibir este reconocimiento, asegura que para ella «es un orgullo. Llevo muchos años trabajando en el ámbito humanitario». La joven explica que «he trabajado en diferentes proyectos y creo que esta sociedad nos lleva a vivir a un ritmo que muchas veces no nos deja mirar alrededor y reflexionar sobre las diferentes realidades que, muchas veces, son injustas».

La premiada concreta que «acompañamos a personas inmigrantes que cruzan la frontera. Es un proyecto de acogida de Irun», aunque añade que «llevo varios años trabajando en Lesbos, en Grecia. Siempre he trabajado en espacios de frontera europea pero también en interiores, como los que nos encontramos en la misma ciudad de Irun».

«Llevo muchos años trabajando en el ámbito humanitario y recibir este premio es un orgullo»«Mi primer proyecto fue trabajando en la frontera, y, al acabar la carrera, decidí irme a Lesbos»
Además, como coordinadora de la ONG Zaporeak, explica que «creamos una cocina comunitaria para aquellas personas que se encuentran en campos de refugiados y que creemos que son muy necesarias». Posteriormente, «entre tres compañeras compensamos a crear otro proyecto llamado Kairos», una organización que nació en el año 2020 para ayudar a las mujeres «creando proyectos humanitarios donde también entre ellas se crean lazos y se ayudan mutuamente».

La responsabilidad de ayudar
Malen Garmendia hace hincapié en que «para mí, lo importante y que veo que es necesario en nuestra sociedad es crear espacios de diálogo, desde nuestra familia o círculo de amigos, y luego llegar poco a poco a más personas. Creo que es necesario que pongamos el enfoque en temas en los que pensamos que no somos parte de ellos y que nosotros como ciudadanos también tenemos la responsabilidad de actuar». Es decir, «vemos otros lugares que están en situaciones muy diferentes a las nuestras como situaciones lejanas pero creo que es necesario crear estos espacios de diálogo para sentirnos dentro de estos contextos y así involucrarnos con la responsabilidad de actuar y de ayudar». Además, añade que «como ciudadanos también tenemos caminos para presionar a esas políticas».

La irundarra asegura que «siempre me ha gustado poner la visión en otros colectivos, de intentar entender que no existen personas pobres y que nosotros por ejemplo somos ricos, sino creo que hay personas empobrecidas». Asimismo, cuenta que «mi primer proyecto fue trabajando en la frontera, y después decidí irme a Lesbos tras terminar la carrera».

Por último, la joven aseguró que «está bien recibir un reconocimiento porque eso también me motiva y me da fuerza a seguir, pero mi objetivo no es conseguir un máximo de premios, sino intentar llegar a estas plataformas y poder llegar a la mayoría de personas para crear diálogos y reflexiones». A modo de conclusión, afirma que aún hay mucho trabajo por hacer: «esto es un camino muy largo».