Alemania debate imponer un tope al asilo ante el alud de peticiones este 2023
El Periodico, , 22-09-2023Las voces de alarma sobre la sobresaturación de Alemania para acoger más refugiados llegan de todas partes: de los municipios y poderes regionales, que aseguran estar desbordados, o del presidente alemán, Frank – Walter Steinmeier, quien en una entrevista al diario italiano ‘Corriere della Sera’ recordaba que su país ha recibido en la primera mitad del año un tercio del total de peticionarios de asilo llegados a territorio comunitario.
Fueron 220.000 personas hasta septiembre, según cifras del departamento federal de Estadística – Destatis – , lo que supone un incremento interanual del 46 %. A ellos se suman otros 45.000 migrantes que se estima ingresaron de forma irregular y los 1,2 millones de ucranianos recibidos por Alemania desde el inicio de la invasión rusa, hace año y medio. Estos últimos no constan en la estadística de los peticionarios de asilo, ya que acceden a prestaciones sociales y pueden incorporarse al mercado laboral de forma automática, de acuerdo a la regulación comunitaria establecida para los millones de ucranianos desplazados. Son categorías distintas, pero las cargas derivadas de su acogida atenazan por igual a pequeños o grandes municipios de todo del país o la sobreendeudada capital, Berlín.
Al peso en las arcas municipales se une el polvorín político. Los sondeos sitúan a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) en segunda posición en intención de voto, solo superada por la oposición conservadora. La situación recuerda a la creada en 2015, el anterior año récord en cuanto a cifras de acogidos por Alemania. Entonces la llegada al país de más de un millón de solicitantes de asilo procedentes principalmente de Siria, Afganistán o norte de África precipitó las presiones sobre la entonces cancillera, Angela Merkel, a la que sus filas conservadoras exigían la implantación de un tope. Marcó también el despegue de la AfD, nacida como partido euroescéptico, a la que el voto de protesta antiasilo catapultó dos años después al Parlamento como primera fuerza de la oposición.
Merkel se negó a imponer un tope, pero logró una contención paulatina de esas llegadas gracias en parte al acuerdo migratorio auspiciado por Berlín entre la Unión Europea (UE) y Turquía. El actual tripartito entre socialdemócratas, verdes y liberales de su sucesor, Olaf Scholz, se encuentra ahora una presión similar a la sufrida por la líder conservadora y procedente otra vez de la derecha y la ultraderecha. De nuevo se reclama la implantación de un tope, opción planteada desde el bloque conservador ahora liderado por el derechista Friedrich Merz, histórico rival interno de Merkel.
Imponer una cifra límite no es factible, puesto que vulnera el principio fundamental del derecho al asilo, recordó estos días el viceportavoz de Scholz, Wolfgang Büchner. Es precisa una “solución europea”, añadió el portavoz, quien repitió así el socorrido término al que se invoca en cada crisis migratoria. La semana anterior, el Gobierno alemán suspendió el programa de acogida o reubicación voluntaria de refugiados llegados a Italia. Fue un visto y no visto: Berlín rectificó poco después y pasó a expresar su respaldo al plan migratorio planteado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su visita a Lampedusa.
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