DIFICULTAD PARA DISTRIBUIR LAS PRESTACIONES SOCIALES EN EL REINO UNIDO
Los británicos temen pagar más tasas por la inmigración
El Periodico, 09-08-2006La contundente advertencia ha hecho frotarse las manos a los partidos de ultraderecha y a la prensa más populista. Los errores de cálculo del Gobierno supondrán un incremento de los impuestos locales en los próximos años para costear las prestaciones sociales a las familias inmigrantes que llegan al Reino Unido.
La Asociación de Gobiernos Locales ha alertado de que será “inevitable” aumentar las tasas hasta en un 6%, por encima de la inflación, en algunos lugares, debido a que las cifras oficiales están subestimando el número real de inmigrantes.
CARTA AL MINISTRO
En realidad, esta asociación no cuestiona, como ha querido hacer ver parte de la prensa sensacionalista, el número de trabajadores que llegan de otros países, sino la falta de transparencia y de concreción del Gobierno a la hora de facilitar la cifras, que hace que los ayuntamientos no reciban la cantidad adecuada para asumir el flujo.
En una carta dirigida al ministro de Interior, John Reid, la portavoz de las autoridades locales, Sandy Bruce – Lockhart, denunció que los datos erróneos que está facilitando este ministerio hacen que 25 ayuntamientos, entre los que se encuentran los de Manchester, Sheffield y Birmingham, no tengan presupuesto para suministrar prestaciones como vivienda y escolarización a las familias inmigrantes que no incluidas en los cómputos.
COMPARECENCIA
Se espera que Reid responda hoy a las críticas. Pero el pasado fin de semana ya anunció que el Gobierno pretende poner en marcha una comisión independiente que asesore sobre los límites que se deben poner a la inmigración y a los errores que se están cometiendo. Además, defendió que hay que acabar con la idea de que hablar sobre inmigración es algo racista.
Ante la falta de rigor en las estadísticas, las autoridades locales consideran que “los trabajadores inmigrantes se han convertido en una población invisible que necesita tener viviendas dignas, cuyos hijos necesitan plazas en los colegios y que algunas ocasiones requieren de servicios sociales”.
La subida de impuestos para afrontar los costes de la inmigración añade más leña al fuego a un debate espinoso en el Reino Unido. El incremento del número de trabajadores provenientes de otros países, debido a la ampliación de la Unión Europea (UE), se ha utilizado por parte de la prensa sensacionalista y los partidos de derechas para criticar al Gobierno por llevar a cabo lo que se considera una política “poco restrictiva”.
En estos momentos, el Reino Unido está recibiendo el mayor número de inmigrantes de su historia, debido a la incorporación en el 2004 de 10 países más a la UE. Los británicos, irlandeses y suecos fueron los únicos que decidieron no restringir las posibilidades de trabajar legalmente a los habitantes de los nuevos estados miembros.
El Gobierno de Blair predijo, entonces, que 13.000 trabajadores llegarían a tierras británicas cada año procedentes de países como Polonia o las repúblicas bálticas. Sin embargo, la cifra ha llegado, en 18 meses, a los 329.000, sin tener en cuenta los que trabajan de manera irregular.
DIFICULTAD EN EL REGISTRO
Más que el número es la dificultad de ser registrados y los errores en los cómputos lo que preocupa a las autoridades locales, que advierten de que si las cifras no son actualizadas habrá “graves problemas en el futuro”. Un ejemplo claro de esta falta de rigor es Slough. En este barrio del norte de Londres, Interior calculó que en el 2004 habían llegado 300 nuevos inmigrantes, pero una investigación ha puesto de manifiesto que el número asciende a más de 7.000.
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