EL RETO DE LA INMIGRACIÓN

Canarias se quita de encima a casi todos los inmigrantes enviándolos a la Península

Canarias dista mucho de estar desbordada por sin papeles porque casi todos los que llegan, que son más que el año pasado, rápidamente salen hacia la Península

La Vanguardia, 08-08-2006

JOSÉ BEJARANO – Los Cristianos

A tenor de la llegada de pateras a Canarias, las islas tendrían que estar a reventar de inmigrantes. Pero ocurre todo lo contrario. Ayer quedaban en todas las islas apenas 2.342 de los 15.000 que han desembarcado a lo largo del año. Desde Tenerife y Las Palmas, funciona de hecho una especie de puente aéreo con las principales capitales de la Península. Son Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga, sobre todo, hacia las que salen aviones cargados de inmigrantes.

Para evitar la protesta de las correspondientes autonomías, las operaciones de traslado se realizan con absoluto sigilo. Eso no quita que el presidente de Canarias, Adán Martín, intente sacar tajada exagerando el problema, como hizo ayer después de entrevistarse con el Rey en Mallorca. La realidad es que Canarias, por la actuación expeditiva de la policía y la reclusión de cualquier indocumentado que sale a la calle en uno de los cinco centros de retención, debe de ser el territorio español con menos presencia de inmigrantes en la vía pública.

Donde se sitúa ahora el problema de saturación es en los juzgados y en la comisaría de la policía de Los Cristianos. Entre los calabozos y el garaje de la comisaría pueden juntarse más de 300 inmigrantes que duermen y comen, a veces hasta tres días seguidos a la espera de prestar declaración, en medio de una suciedad y un hedor que quienes han accedido a esas dependencias no dudan de calificar de “vergonzosos” para un país que se jacta de respetar los derechos humanos .

El otro punto conflictivo es el juzgado, por el que han de pasar todos los detenidos antes de su ingreso en los centros de retención. El edificio del juzgado es moderno y está bien equipado, pero un informe de Amnistía Internacional de julio de este año denuncia que los detenidos son tratados de forma rutinaria y no reciben información sobre sus derechos.

Entre otras barbaridades, la toma de declaración no se hace de forma individual, sino de cinco en cinco. El mayor esfuerzo lo hace el personal de los juzgados. El problema no es tanto el número de inmigrantes llegados, como su concentración en cortos periodos de tiempo y casi exclusivamente en Tenerife. Aunque las cifras de Canarias son espectaculares, si se le restan los que el año pasado llegaban a las costas andaluzas, el aumento es menor.

Aparte de esos dos cuellos de botella, el sistema está montado de tal forma que impida la salida de los inmigrantes a la calle. Los centros de retención, además de ser cerrados, están lejos de los núcleos urbanos. Desde allí son sacados en autobuses rumbo al aeropuerto y con destino, casi siempre, en una ciudad de la Península. Poco más de 400 habrían sido repatriados a sus países, aunque de forma oficial sólo se dan datos de los llegados a las playas y de los que están aún en los centros de retención. Con una simple resta se puede saber que si este año han entrado en Canarias 14.539, y quedan en los centros 2.342 (más de los tres centenares que puede haber en la comisaría de Los Cristianos), el número de los sacados de las islas ronda los 12.000. Hay que tener en cuenta que las mayores llegadas se han producido entre marzo-abril y julio-agosto. Los propios datos de la delegación del Gobierno desmienten la saturación, ya que el centro de Las Raíces (Tenerife), con capacidad para 1.500, acoge a 908. En El Matorral (Fuerteventura) hay 748 personas donde caben 1.070. En La Isleta (Gran Canaria), con capacidad para 1.500, hay 372. Lleno está Hoya Fría, donde hay 240 internos donde caben 238. En Barranco Seco (Gran Canaria) hay 74 inmigrantes.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)