l FIC Verín celebró este viernes su jornada inaugural y el actor y guionista Pepe Viyuela tuvo un protagonismo destacado en la misma. En el Auditorio se pudo ver el documental de Luis Cintora «Un viaje hacia nosotros», con guion y protagonismo de Viyuela, y el actor participó en el coloquio posterior. Esta tarde —20.00 horas— representa en el mismo lugar su montaje «Encerrona».

—¿Cómo recibió la propuesta para protagonizar la gala de apertura del festival?

—Te sientes un poco abrumado con estas cosas y la situación me supera, pero no puedo menos que estar agradecido por hacerme este honor.

—¿Qué genera la historia de «Un viaje hacia nosotros»?

—El documental parte de una experiencia particular y familiar. Quería saber cuál había sido la historia de nuestro abuelo porque no sabía nada de él. Deseaba hacerlo a título personal, verlo con mis propios ojos. Tras la guerra había estado refugiado en Francia durante un tiempo y yo me propuse conocer cómo había sido su historia.

—¿No regresó?

—Sí, en 1952, pero nunca quiso hablar de la guerra civil ni de aquellos años.

—¿En su búsqueda se encontró con la historia de miles de refugiados?

—Este trabajo me cambió porque descubrí el drama que estamos viviendo y la poca sensibilidad que hay al respecto. Actualmente hay más de 100 millones de personas en el mundo que han tenido que marchar de sus países. Por diversos motivos: por guerras, represalias, persecuciones, conflictos, hambrunas y muchos otros factores. Y los miramos con cierta distancia, cómo pensando que tienen un problema pero nosotros no tenemos la solución. Este trabajo me sensibilizó de manera especial con los refugiados y los migrantes.

—¿La sociedad actual se ha deshumanizado?

—Sí. Lo ven como un problema que no nos afecta, que no es nuestro, y la realidad es muy diferente. Por el caso de mi abuelo, y de muchos otros, comprendí que a cualquiera de nosotros le puede caer en suerte convertirse en refugiado. Puede ser por múltiples y variadas razones. ¿O acaso pensamos que esa gente que se lanza al mar sabiendo que puede morir lo hace por turismo? Uno no se va de su país, cruzando el desierto a pie en muchos casos, por gusto, para pasar el rato, de turismo o para ver mundo.

—¿Tenemos poca memoria?

—Ninguna. No hace tanto, este país era exportador de personas. Gente que marchaba para ganarse la vida porque aquí era difícil hacerlo. Hay soberbia y poca sensibilidad.

—¿Vuelve con «Encerrona»?

—Llevo treinta años con este payaso que se enfrenta a las cosas más inverosímiles. Es el espectáculo de mi vida. El que me ha dado la oportunidad de desarrollar mi carrera como actor, guionista y humorista.

—¿Tiene proyectos en cartera?

—Voy a participar en una película, «Los benetón», y en enero empiezo una serie de época para televisión sobre la vida de Luis I. Y sigo en el teatro. No me puedo quejar.